Opinión

Visión Global

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        El laborantismo que llevan al cabo algunos dirigentes reformistas y perredeístas en procura de hacerse con la presidencia de la Cámara de Diputados y la secretaría general de la Liga Municipal Dominicana, se fundamenta sobre una base falsa.  Alegan  que mediante una concesión del Partido de la Liberación Dominicana se garantiza la gobernabilidad y el equilibrio de poderes, y de paso, aunque no lo digan, habría que sumar que también la tranquilidad ciudadana.

        Todo eso es mentira, y lo que esconde  es el afán de esos grupos por hacerse de algún espacio de poder que los votantes no les otorgaron el 16 de mayo pasado.

                 El electorado decidió que los espacios de poder que se derivan de las elecciones sean ocupados por determinadas organizaciones, por lo que todo lo demás puede definirse como intento de usurpación.

         El argumento de que esas eventuales concesiones del PLD contribuirían a garantizar la gobernabilidad, es falso, pues el hecho de que una organización controle la mayoría de los poderes públicos no afecta en nada la mentada gobernanza.

        La gobernabilidad se afecta cuando los espacios de poder están divididos de tal manera que las decisiones trascendentales están  situadas sobre el filo de la navaja.

        La gobernabilidad se busca en los regímenes parlamentarios donde el primer ministro se elige indirectamente, y cuando ninguna de las fuerzas alcanza una mayoría que le permita formar gobierno, se recurre a los acuerdos con otras formaciones políticas.

        La composición del Senado que comenzará a regir desde agosto  no implica un problema de gobernabilidad. 31 siempre impondrán lo que mejor convenga a la nación.

        La necesidad de buscar una cohabitación se presenta en la Cámara de Diputados, donde ninguna de las fuerzas dispone de mayoría calificada para emprender determinadas iniciativas, pero sí puede aprobar las cuestiones simples sin la ayuda de ninguna otra fuerza.

        La presidencia de la Cámara Baja no garantiza equilibrio, puesto que la correlación de fuerzas seguirá siendo la misma: el partido que alcanzó 105 bancas seguirá con ellas.

        Lo que se nota en las diligencias mediáticas es el deseo de conseguir para alguien un empleo de presidente de la Cámara de Diputados o de secretario general de la LMD.

        Por consiguiente, el PLD no está obligado a ceder los espacios ganados.

El Nacional

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