Opinión

VISIÓN GLOBAL

VISIÓN GLOBAL

Uno de los problemas fundamentales de la dirigencia del Partido Revolucionario Dominicano es su escasa capacidad analítica a la hora de abordar los procesos cruciales, lo que generalmente conduce a esa formación a la comisión de gravísimos errores. Al padecer de ese déficit analítico, los dirigentes del PRD confunden la táctica con la estrategia, la estrategia con la estratagema y todas con la praxis, dando lugar a que se armen embrollos de los cuales difícilmente pueden salir airosos.

La campaña de Hipólito Mejía -de la cual no acaban de salir a pesar de haber perdido las elecciones-, labró su propio destino precisamente por el torbellino cerebral que afectó a todo el grupo desde el comienzo mismo del proceso.

Esta confusión inició al no saber el enemigo que enfrentaban, si era Leonel Fernández, el gobierno, a Danilo Medina, a Margarita Cedeño o a quién.

Con tal maraña en la cabeza, una candidatura no podía tener otro final que la derrota, aunque ahora pretenda buscar culpables internos en Miguel Vargas Maldonado, o externos en la supuesta compra de votos.

Insólito, pues en lo interno los números hablan claro de que casi la totalidad de los perredeístas votó por Mejía, mientras que en lo externo los alegados de compra masiva de cédulas no aguanta el análisis más elemental.

Si la gente de Miguel Vargas hubiese recibido instrucciones de votar por Danilo en casillas aliadas, el incremento relativo del Bloque Progresista no habría sido de apenas 123 mil votos (24%/738,000 de incremento del padrón, menos el 30% de abstención), en relación con las elecciones de 2008.

Es decir, que Mejía no solo mantuvo la votación del PRD de 2008 sino que se llevó más de 300 mil de los nuevos votantes y creció en sectores disgustados con el PLD, lo que significa que son mentiras la traición de Miguel y la compra de cédulas.

Algo queda claro en la situación del PRD: mientras sus dirigentes no aprendan a analizar racionalmente, su lugar será la oposición.

El Nacional

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