A propósito de la III Word Class de Bartenders, anunciado para celebrarse en el país con la participación de 66 bartenders de 31 establecimientos de Santo Domingo y Santiago, se me ocurre preguntar:¿ Tiene la sociedad conciencia de la importancia de estos profesionales de la mezcla y sabor de las bebidas? ¿Son los bartender únicamente servidores de tragos a partir de las combinaciones que les facilita su talento creativo?
El bartender no es un servidor de trago. Crear bebidas no es igual al servicio de cantina.
El bartender es un símbolo, un receptor de intimidades, un apoyo en los momentos en los cuales la persona cree que nadie le puede escuchar o ayudar.
El ambiente que se crea alrededor del disfrutar de un trago social, permite un enlace único entre quien lo sirve y quien lo consume.
La renombrada competencia que vuelve, y que permitirá tener en el país a Brian Van Flander, considerado uno de los 10 mejores del mundo, permite reubicar a los bartenders en el lugar que socialmente les corresponde.
Nadie está, al reconocer el papel de estos seres luminosos y hasta ansiados, promoviendo el alcoholismo. Los enfermos de alcoholismo son lo menos deseable para los negocios de bebida porque se emborrachan con un trago.
Se habla aquí del consumo responsable de las bebidas y del papel irreconocido socialmente del creador de bebidas únicas, hacedores del placer de un buen trago aperitivo. Ese rol de los bartender tiende a ponerse de resalto ahora con esta prestigiosa competencia internacional, interesante por sus características incluso para los que no tomamos alcohol.
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El talento creativo en materia de bebidas es un factor que pocas veces se resalta en su potencial turístico.
Hay tragos creados en un bar , que generan toda una experiencia para quien nos visita.
Se impone ver a los bartender en su justa dimensión y darles el reconocimiento que merecen.
