En vísperas del 15 de agosto, a los 69 años, encontrándose de vacaciones con su hija, Rosalía Mera sufrió un derrame cerebral. Fue ingresada en un hospital de Menorca, desde donde tuvo que ser trasladada a su ciudad natal. Nacida en A Coruña en 1944, en el barrio del Matadero, empezó a trabajar a la edad de trece años, cosiendo en una tienda de la calle San Andrés, llamada La Maja, junto a los hermanos Amancio y Antonio Ortega. Después, tras contraer matrimonio con Amancio, en la década de los 60, la pareja decidió dejar la producción para otras empresas empezando a distribuir sus propias creaciones. Goa fue el antecedente de la célebre cadena de moda Zara’.
Por entonces, tuvieron su primera hija, Sandra. Sus dos talleres, uno en la calle Noya y otro en San Rosendo, apenas dejaban tiempo libre a la mujer que volvió a quedarse embarazada de Marcos, el único hijo varón de la pareja. El chico nació con una discapacidad y requería más atención de la habitual. Por ello, su madre decidió desvincularse de Zara. A pesar de ello, Rosalía fue una empresaria que ayudó a construir, junto al que era entonces su marido, un imperio llamado Inditex. Aunque se desvinculó de Zara, ella siguió formando parte de dicho imperio, siendo poseedora de casi un 7% de la empresa. También, con una participación del 5%, fue una de las principales accionistas de la farmacéutica Zeltia. Rosalía y Amancio optaron por la ruptura sentimental en el 1986, después de más de 20 años de vida en común.
Rosalía se convertiría en la mujer más rica de España aunque no se conformó y creó una organización dedicada a favorecer a los más necesitados. Paideia se constituyó en abril del mismo año de su separación matrimonial, con un espacio que abarca la formación, intervención e investigación, especialmente en el campo de las Ciencias Humanas y Sociales.
La revista Forbes realizó una valoración de su fortuna en unos 4.724 millones de euros. Ese hecho situó a Rosalía Mera en el puesto 66 de las personalidades más poderosas del mundo y también como a la única mujer española que figura en su lista.
En antagonismo con el silencio de su exesposo, la mujer se declaró de izquierdas y se posicionó en contra de los recortes en sanidad y educación. Si regateamos en el tema de la salud, de la infancia, de la educación, nos estamos haciendo un flaquísimo favor, declaró a los medios de comunicación el pasado mes de mayo.
La que fue presidenta de Paideia era una mujer notablemente progresista. Los sindicalistas coruñeses decían de ella, A pesar de ser inmensamente rica se comporta sin petulancia ni aires de grandeza. Su mundo perteneció al de los intelectuales liberales. Su forma de vestir estaba alejada del estereotipo. Portaba faldas vistosas, algo hippies, chaquetas premeditadamente des-construidas y vanguardistas.
Su forma de vida fue como la de cualquier mujer de una ciudad de provincias. Paseaba con su hija y su nieto por el paseo marítimo, por La Marina, por Calle Real. Compraba en el mercado de la plaza de Lugo el pescado del día. Gustaba de cenar en El Cienfuegos o picar un pulpo con cachelos en alguno de los mesones gallegos. Ejercía de ama de casa, madre, abuela, hija, amiga, alternando esto con su trabajo en la Fundación. Su devoción freudiana permaneció intacta desde que decidió estudiar Psicología. ¡Increíble y diferente ser humano!
