Opinión

Vivencias cotidianas de allí y aqui

Vivencias cotidianas de allí y aqui

Como comentaba la pasada semana, esta gran labor está creada por la ONCE, una organización, sin ánimo de lucro, española, dedicada, sobre todo, a mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por carencia total, o parcial, de la visión.Les voy a describir, brevemente, el proceso de adiestramiento de estos magníficos perros, que suelen ser Labradores, de raza, como también les comenté.

La Fundación ONCE del Perro Guía, tiene el centro de adiestramiento más gra nde de Europa, ubicado en Boadilla del Monte (Madrid). Su directora es Lucía Díaz y dicho centro, especializado en adiestrar a los animales, abrió sus puertas hace casi cinco años. Además, buscan a familias que los acojan durante un año para que aprendan a convivir con la gente.

El perro pasa sus primeras seis semanas de vida en la Fundación y, después, se los llevan a esas familias voluntarias.Es muy importante que éste experimente todo lo que va a vivir cuando sea perro guía, como, por ejemplo, subir al metro, entrar a un banco o a un restaurante, etcétera.

Al año, las familias tienen que devolver el perro a la Fundación porque éste debe comenzar el adiestramiento en sí, el que le permitirá guiar a un invidente.Eso puede durar de 8 a 10 meses y consiste, en primer lugar, en enseñarle todas las habilidades relacionadas con la obediencia: que camine junto a su amo, que obedezca para sentarse o que sepa hacer giros.

Tiene que aprender a calcular distancias, entender las órdenes para que encuentre ciertas cosas, como puede ser un acceso, o adonde está situada una determinada parada de transporte público. Finalmente, llega la fase de acoplamiento con el que será su dueño. Para ello, la entidad debe de obtener muchos datos de ambos y es, entonces, imprescindible que, durante tres semanas, el nuevo dueño y el futuro lazarillo convivan en la Fundación y aprendan reconocerse y quererse.

Una de las cosas que enseñan, en la Fundación, al animal, es a no tirarse a la comida cuando la ve o la huele. Después de 12 a 24 horas sin comer, los perros esperan a que se les ponga su comida y a que su entrenador les dé la orden con un  silbato. Es normal que al principio se impacienten.Pero, muy pronto aprenden una disciplina increíble.

Si todo marcha bien, el perro podrá estar con el ciego durante toda su vida. La ONCE lleva un rígido control del asunto para asegurarse de que el animal goza de buena salud y cumple bien su función de guía.

En la actualidad, hay unos 780 animales de este tipo circulando por España. Importantísimo es que la gente, en general, sepa que nunca hay que distraer al perro cuando está trabajando, ni tampoco hay que darle comida. Que todos los perros guía pueden acceder a cualquier parte, por ley: alojamientos, locales y transportes públicos.

Que no hay que tenerles miedo aunque, si paseamos con el nuestro y nos acercamos a uno de estos animales, nunca hay que dejar suelto al perro porque podría provocar un accidente. Que no hay que tocar el asa del perro guía, pues sólo debe hacerlo el usuario y, por último, que la salud de estos lazarillos es excelente y que no transmiten enfermedades. El usuario de un perro guía tiene que tener, como mínimo, 18 años de edad y debe responsabilizarse del mantenimiento y cuidados del animal.

Para llevar a cabo su labor, la ONCE cuenta con el apoyo de la Administración pública a través del Consejo del Protectorado en el que se integran los ministerios de Economía y Hacienda, Trabajo y Asuntos Sociales e Interior.

El Nacional

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