Opinión

Vivencias cotidianas de allí y aqui

Vivencias cotidianas de allí y aqui

La Formación Reticular (parte importante cerebro)  (I)
Recorre todo el tronco encefálico extendiéndose hacia la médula espinal. La Formación Reticular es filogenéticamente muy antigua. Se encuentra por donde pasan las grandes vías aferentes y eferentes, por lo que está continuamente recibiendo estímulos que recorren por dichas vías, manteniendo un tono de actividad basal de las mismas.
Su forma recuerda a la de una red de pescador ya que está constituida por fibras dispuestas en todos los sentidos: verticales, horizontales, antero posteriores…

En medio de las mencionadas fibras se sitúan núcleos de sustancia gris, no demasiado bien delimitados, a manera de peces enredados en la “malla”.
Su nítida organización rellena el espacio que hay entre los núcleos de los nervios craneanos, lo que permite cumplir un rol de asociación entre los núcleos del nervio hipogloso, del vago, del fascículo solitario, del tracto espinal del trigémino, del fascículo espinocerebeloso, etcétera. Por ello, sirve como coordinadora de reflejos en los que intervienen los nervios craneanos.

Cumple una pauta importante en la coordinación del reflejo de vómito, que es un reflejo defensivo y que consiste en la estimulación de fibras vagales situadas en las paredes del estómago. Después van hacia el tronco encefálico en donde se elabora una activación del nervio hipogloso para sacar la lengua, luego se activa el vago y glosofaríngeo para que se eleve el paladar, y por último se activan los músculos del abdomen y del diafragma. Toda esta actividad está coordinada por la Formación Reticular.

Además de este ejemplo, se encarga también de regular la presión arterial y el funcionamiento cardíaco.
Se ocupa de la frecuencia respiratoria y la magnitud de la maniobra respiratoria, de la vigilia y del sueño.
Al aumentar la actividad de la Formación Reticular los individuos están más alerta, ya que ésta empieza a bombardear estímulos inespecíficos sobre la corteza cerebral (S.A.R.A). Por el contrario, cuando disminuye, aparece la somnolencia.

Muchas de las enfermedades psicosomáticas como son las úlceras, la taquicardia, el lumbago, el dolor del cuello, etcétera, se relacionan con la Formación Reticular. Los pacientes que la tienen muy activada descargan sobre los núcleos motores de la médula espinal y sobre el cerebelo a través de sus conexiones. Entonces los músculos antigravitatorios se ponen excesivamente tensos.

La Formación Reticular está relacionada con el Hipotálamo y el Sistema Límbico.

Entonces, al aumentar la actividad del Sistema Límbico se produce una mayor descarga sobre la ésta y el Hipotálamo, lo que hace que existan las manifestaciones de las enfermedades psicosomáticas. Este síndrome se conoce con el nombre de Stress.

La terapia ideal consiste en bloquear el trabajo excesivo de la Formación Reticular con psicoterapia o farmacoterapia.

Se puede aumentar la actividad de la Formación Reticular mediante estímulos externos. Uno de los mecanismos que se utilizan es el frío, ya que las grandes vías que conducen el calor o el frío hacia el cortex cerebral se activan produciendo la activación de la misma, que empieza a descargar hacia el cortex y la persona se despierta. (continuará)

El Nacional

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