Opinión

Vivencias cotidianas de allí y aquÍ

Vivencias cotidianas de allí y aquÍ

Luis Eduardo Aute
(II)
Acabo de enterarme, por una amiga que tenemos en común, que Luis Eduardo está mejorando. Al ser amigo mío, además de un gran artista, esa noticia me llenó de alegría. Espero que pueda superar del todo su dolencia y que salga pronto de su estado de coma.
Y, continuando muy brevemente con su trayectoria en el mundo del arte, que es harto extensa, les diré que su último álbum, “El niño que miraba el mar”, salió en el año 2012. Este trabajo de canciones inéditas estuvo acompañado de la película “El niño y el basilisco”, una creación suya inspirada en una fotografía de su infancia.
Como pintor ha recibido varios premios. En el mundo del cine irrumpió como director y guionista de varios cortos y películas. La poesía es otra de sus grandes pasiones y en marzo de este año publicó el libro “El sexto animal” con 250 poemas y piezas que narran parte de su vida desde su nacimiento.
A los nueve años, acompañando a la orquesta del hotel Avenida de Madrid, cantó por primera vez en público e interpretó la canción “Las hojas muertas” y vio también por primera vez “La ley del silencio”. El film lo marcó tanto que lo llevó a escribir en inglés sus primeros poemas. Otra película que le influyó entonces fue “Niágara”, donde descubrió la sensualidad de Marilyn Monroe.
En 1954 su familia, previa estancia en Barcelona, regresó definitivamente a Madrid, donde Luis Eduardo estudió en el colegio Nuestra Señora de las Maravillas. Tres años más tarde, al cumplir los quince, y tras regalarle su padre una guitarra, actuó en la fiesta de fin de curso, formando un trío con dos amigos. En esos mismos años, muy influido por el expresionismo alemán, comenzó a pintar sin tregua, y obtuvo una medalla de Plata en el II Certamen Juvenil de Arte. En 1960 tuvo lugar su primera exposición individual de pintura en la Galería Alcón de Madrid, con bastante éxito.
En el curso preuniversitario formó parte de dos grupos de música, Los Sonor, del que surgirían Los Bravos, en el que tocaba la guitarra acústica, y llegaría a interpretar dos canciones en el programa de televisión “Salto a la fama” y Los Tigres, en el que cantaba en inglés canciones de Elvis Presley. Pero el cine y la pintura, al igual que la escritura, seguían siendo sus grandes pasiones. En 1961 escribió su primer guión y presentó un cortometraje al concurso de la revista “Primer Plano”. También escribió “Los últimos estertores”, un libro con textos, poemas y guiones que mandó encuadernar. Tras la separación de sus padres realizó otro cortometraje, “Senses”, que fue rechazado por “inmoral”.
En 1962 realizó su segunda exposición individual de pintura, en la galería Quixote, y conoció a la que sería su novia, una ecuatoriana llamada Maritxu.
En 1963 empezó a estudiar arquitectura en la Escuela de Aparejadores, pero sólo dos semanas después abandonó la Universidad y se trasladó a París, donde vivió la agitación cultural de la época: descubrió la música de Jacques Brel y Georges Brassens, leyó a Paul Eluard y a Nietzsche y vio películas vedadas en España, como “Lolita”, de Kubrick. (continuará)

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