Opinión

Vivencias cotidianas de allí y aqui

Vivencias cotidianas de allí y aqui

 

Esta literata es la mujer a la que hace referencia la célebre y hermosa canción “Alfonsina y el mar”. Nació en la Suiza italiana el 29 de mayo de 1892. A finales del siglo XIX, sus padres, Alfonso Storni y Paulina Martignoni, de nacionalidad suiza, emigraron a Argentina en donde se instalaron en la ciudad de San Juan. Allí nacieron sus dos primeros hijos. En 1890 decidieron regresar a su país natal y se asentaron en un pequeño pueblo llamado Sala Capriasca, lugar de nacimiento de la poetisa. Más tarde, la familia decidió regresar a San Juan en donde permaneció hasta el 1900, trasladándose después a Rosario, Santa Fe y Buenos Aires.

Alfonsina creció en un ambiente de estrechez económica. Por ello, alrededor de los once años, tuvo que abandonar sus estudios para ayudar a su madre que se vio obligada a trabajar como modista. Cuando su padre falleció, en 1906, la joven entró a trabajar en una fábrica de gorras. Más adelante dio sus primeros pasos en el teatro y formó parte de la compañía del actor español José Tallaví. En cuanto pudo quiso volver a estudiar. En  1909 se matriculó en la Escuela Normal Mixta de Maestros Rurales de Coronda y se graduó como maestra, ejerciendo como tal en Rosario.

Allí publicó poemas en “Mundo Rosarino” y “Monos y Monadas”. Fue docente en el Teatro Infantil Lavardén y en la Escuela Normal de Lenguas Vivas. En  1917 fue nombrada maestra directora del internado de Marcos Paz. Empezó a publicar sus primeros poemas en revistas locales pero, cuando estaba a punto de cumplir los veinte años, abandonó Rosario y partió rumbo a Buenos Aires. Estaba  embarazada de un hombre casado y veinticuatro años mayor que ella. Tuvo que afrontar la vida como madre soltera, hecho mal visto en su época. Se convirtió, no obstante, en la primera mujer reconocida entre los mayores escritores. Su trayectoria intelectual evolucionó desde el Romanticismo hacia la Vanguardia y el Modernismo vespertino. El rasgo más característico de su creación fue un feminismo combativo, que se observa en su poema “Tú me quieres blanca”, inspirado en las relaciones problemáticas con el hombre.

Alfonsina Storni frecuentó los círculos literarios y dictó conferencias en Buenos Aires y Montevideo. Colaboró en las revistas Caras y Caretas, Nosotros, Atlántida, La Nota y en el periódico La Nación. Participó en el grupo “Anaconda”, con Horacio Quiroga y Enrique Amorín, obteniendo varios premios literarios. En la década de 1930 viajó a Europa y asistió a las reuniones del grupo “Signos”, donde acudían importantes figuras de las letras, tales como Federico García Lorca y Ramón Gómez de la Serna.

En 1935 le diagnosticaron un cáncer de pecho y le amputaron el seno derecho. En los años siguientes, Alfonsina presintió la cercanía de la muerte ya que su salud fue empeorando. Fue presa del dolor físico y anímico. Además, Horacio Quiroga y su hija Eglé se suicidaron y la poetisa, que consideraba que el suicidio era una elección concedida por el libre albedrío, plasmó  su punto de vista en un poema en donde expresa su admiración por la valiente decisión del escritor. Un mes antes de su muerte, publicó “Mascarilla y trébol”, culminando su aventura vanguardista. En  1938, Alfonsina  partió hacia Mar del Plata, supuestamente a descansar. Pero, en la madrugada del 25 de octubre, se arrojó al mar desde un espigón dejando, a modo de testamento, un poema llamado “Voy a dormir” y una carta de despedida a su hijo Alejandro. Aída Trujillo Ricart    http://aidatrujillo.wordpress.com/

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