Opinión

Voces y ecos

Voces y ecos

Rafael Peralta Romero

 Movimiento interiorista (1)

 

El ajusticiamiento del tirano Trujillo, en 1961, propicia una renovación de la vida nacional en todos los órdenes: político, económico, comunicacional, y por supuesto que esas ansias de cambio inciden en la literatura. Junto a los cambios de gobierno, revolución, creación de nuevas empresas, apertura de diarios y emisoras de radio y televisión, fundación de universidades, y organizaciones políticas surgieron también, en la séptima década, tendencias literarias.

Parecía que la nación dominicana siguiese fielmente una tesis filosófica del poeta y líder chino Mao Zedong: “Que se abran cien flores, que compitan cien escuelas ideológicas”. Vinieron los experimentalismos, poesía de guerra y de posguerra, pluralismo y otros inventos efímeros.

Y así anduvimos hasta los albores de la última década del pasado siglo, cuando aparece el movimiento de la Poética Interior, con el aval del Ateneo Insular y las orientaciones de Bruno Rosario Candelier. Son muchas las condiciones del interiorismo que le son únicas, aunque tenga en común con los demás movimientos un manifiesto y el propósito de renovar las formas del verso en nuestro país.

“El interiorismo de Bruno Rosario Candelier”, un libro recientemente publicado, representa una expresión muy completa de lo que es el sustento filosófico de esta corriente literaria. No es el primer volumen sobre la Poética Interior, no es una antología, ni siquiera contiene el Manifiesto Interiorista, pero el libro es una manifestación, muy elocuente, de la repercusión de este movimiento en el ámbito poético nacional y más allá de nuestros límites territoriales.

Cuarenta y ocho autores han escrito los setenta y tres textos, entre crónicas, ensayos y cartas, que componen el contenido de este libro, cuya sustancia activa es la Poética Interior. Algunos autores, fervientes interioristas, aparecen con más de un trabajo. Carmen Pérez Valerio, por ejemplo, firma ocho artículos, mientras Guillermo Pérez Castillo y Fausto Leonardo Henríquez tienen la autoría de cuatro cada uno.

El Ateneo Insular, propiciador de la Poética Interior, fue fundado en Moca el 28 de julio de 1990, de modo que acaba de cumplir un cuarto de siglo. El 29 de diciembre de ese mismo año celebró su primer congreso, donde fue leído y aprobado su Ideario Estético, equivalente a lo que otros grupos y movimientos han llamado Manifiesto.

Quien no conozca nada del movimiento interiorista encontrará en la lectura de este libro la información y orientación suficientes para captar las propuestas filosóficas en que éste se sustenta. Desde los trabajos de Pedro José Gris y José Frank Rosario, los primeros en orden de aparición, se ha de conocer que el interiorismo se propone la búsqueda de la trascendencia a través de las vivencias mística, metafísica y mitopoética.

El Nacional

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