Opinión

Voces y ecos

Voces y ecos

Rafael Peralta Romero

Leonidas Cabrera, un servidor

 

El jueves 16 falleció en Miches el señor Leonidas Cabrera, cuyo nombre podría sugerir poco fuera de ese municipio, pero quien traspase los umbrales de aquel lugar se percatará de que fue netamente un hombre de acción, en el trabajo productivo como en la política. Levantó a su familia con el expendio de carnes.

Era hombre de poco estudio, pero dotado de profunda intuición para el ejercicio de la política. Durante el gobierno del presidente Hipólito Mejía ejerció como inspector de la Presidencia, con asiento en Miches, y legó un amplio recuerdo del uso de la autoridad para servir a los ciudadanos. Todos confiaban en sus gestiones.

En el período 2012-2016 ganó el puesto de regidor, en la boleta del PRD, entonces Partido Revolucionario Dominicano, y ocupó la presidencia del cabildo. En el cuatrienio actual, también era regidor, esta vez por una alianza que incluyó las siglas PRD. Dada esa condición, se le rindieron honores póstumos en la sala capitular.

Allí, tanto el alcalde, Federico Bencosme, como el presidente del Consejo Edilicio, Denis Carpio, exaltaron las condiciones del edil fallecido. Era el esposo de María Altagracia, una de mis hermanas, y me correspondió agradecer en nombre de la familia. Más bien hablé de Leonidas como servidor público.

Una sola idea quise dejar clara: la autoridad, si no se usa para servir a la gente no tiene razón de ser; la autoridad, si no se orienta a resolver problemas humanos, es un error, una acción deformada, innecesaria y hasta dañina. De Cabrera habrá que destacar siempre que asumió el buen sentido de la autoridad, cuando equivale a servicio.

Sus hijos, Misaíl, Yecenia, Yacely y Leomari Cabrera Peralta, han preparado un inventario con las condiciones personales del regidor, el cual sirve para demostrar lo bien que se han sentido con éste. Lo escrito por ellos podría resumirse con estas palabras: Leal. Especial. Original. Natural. Inteligente. Dador de amor y aguerrido.

Ellos concluyen su catálogo emocional con estos versos de Jorge Manrique en las Coplas a la muerte de su padre: “No tengamos tiempo ya/ en esta vida mezquina/ por tal modo,/ que mi voluntad está/ conforme con la divina/ para todo;/ y consiento en mi morir/ con voluntad placentera,/ clara y pura,/ que querer el hombre vivir/ cuando Dios quiere que muera,/ es locura.”

Con el fallecimiento de Leonidas Cabrera se ha perdido un hombre de bien, que honraba la práctica política en su pequeño mundo: el municipio de Miches, en la costa oriental de la República Dominicana. A su espíritu, paz.

El Nacional

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