La voluntad política, ese concepto que tanto hemos oído mencionar y a la que por su carencia atribuimos la mayoría de nuestros males nacionales, es una expresión nacida de ese gran personaje del siglo XVIII, Jean-Jacques Rousseau, quien a parte de escritor, fue también filósofo, naturalista, botánico, músico de la ilustración, entre otras facetas.
Rousseau definió la voluntad política como la suma de los intereses que tiene un pueblo en común, es decir su voluntad general, y que el Estado debía ser dirigido por la voluntad política general del pueblo, aunque generalmente la circunscribimos a los funcionarios del Estado que como tales tienen injerencia sobre lo público.
Aparte de los intereses comunes, los hombres tienen intereses particulares, de grupos, organizaciones o partidos a los que pertenece lo cual determinará sus decisiones y sus acciones que no necesariamente representarán el interés común. Ahí entra lo que el pueblo llano percibe como la voluntad política, y es ver el accionar y la toma de decisiones de sus representantes municipales, con sus alcaldes, congresionales con sus senadores y diputados, y con su presidente y funcionarios en el poder ejecutivo.
No hay fuerza más poderosa a la hora de accionar que la voluntad, en este caso la voluntad política para lograr los resultados.
No importa la obra a realizar, se ha demostrado a través de la historia que los lideres en todos los ámbitos y aquellos a quienes les toca dirigir organizaciones, empresas o países , siempre podrán lograr sus metas si actúan enfocados y decididos, cargados de esa energía milagrosa que es la voluntad.
Por eso vemos con preocupación algunos desafíos que tenemos en el país y que demandan de una voluntad política decidida y firme en el tema de la inmigración desbordada de haitianos que según reportaje reciente en la prensa se ha convertido en un lucrativo negocio para algunos malos dominicanos que solo ven su beneficio personal y no el de la patria y el de nuestra soberanía.
El pueblo clama por una voluntad política férrea para enfrentar y aplicar nuestras leyes migratorias.
Otro punto importante y que demanda de una verdadera voluntad política para resolver de una vez y por todas luego de 20 años en espera, la aprobación de los proyectos de ley de partidos y de régimen electoral, para que puedan ser aplicadas en las próximas elecciones del 2020, ya que la Junta está contra el reloj para poder programar sus calendarios de trabajos.
El partido oficial haría un gran servicio al pais si usa su mayoría congresual y dota al país de este importante e impostergable instrumento para la democracia.
Como decía Rousseau en sus dos inmortales frases: “El hombre nace libre, pero en todos lados está encadenado”, y la otra; “El hombre es bueno por naturaleza”. Yo le añadiría a estas frases; “Una buena voluntad política te hace libre”.
