Opinión

Vouchers universitarios

Vouchers universitarios

Orlando Gómez Torres

En su columna en Acento del pasado lunes el destacado economista José Alfredo Guerrero propuso un sistema de “vouchers” a modo de subsidio directo a los estudiantes universitarios para poner fin a las constantes crisis en la UASD.

Si bien la propuesta pudiera ser políticamente complicada dado los intereses que al parecer se mueven alrededor de esa universidad, justo algo drástico como lo propuesto por el Sr. Guerrero pudiera ser lo que necesite esa alta casa de estudios para despertar de su letargo.
Si el actual presupuesto de la UASD fuera distribuido en su totalidad a forma de vouchers a cada uno de sus estudiantes, estos recibirían un crédito de aproximadamente $45,000 pesos al año para destinarlos a sus estudios universitarios.

Si el Estado agrega controles para descartar de dicho beneficio a los que no lo necesitan a razón de los ingresos familiares, y a aquellos estudiantes que no logren graduarse dentro de un tiempo razonable (como abundan en la UASD), no sólo se podría aumentar el crédito educativo sino que el Estado podría beneficiarse de ahorros sustanciales.

Por su lado, la UASD no tendría otro remedio que reformarse desde adentro y poner fin a décadas de lucha de gremios, los partidos políticos ya no tendrían ningún interés en seguir inmiscuyéndose en los asuntos de esa universidad, y esta finalmente estaría obligada a enfocarse en su objetivo principal, los estudios.

La segunda parte de la propuesta del Sr. José Alfredo Guerrero incluye la extensión de préstamos educativos con garantía del Estado por los primeros años, para aquellos que aún con el voucher no puedan acceder a la educación de su preferencia. Con esta parte no estoy tan de acuerdo considerando la experiencia de Estados Unidos, cuyo sistema ha resultado en un aumento exorbitante del precio de las universidades sobre las espaldas de estudiantes endeudados muchos sin posibilidades de honrar sus pagos.

Como contrapropuesta sugiero aceptar la nueva realidad respecto de la educación universitaria y su cada vez más aparente obsolescencia. La educación superior moderna se orienta cada vez más a la especialización y no a los conocimientos generales que tienden a proveer las carreras universitarias, esto así por la demanda misma del mercado de empleos.

Extender el uso de los vouchers a programas especializados y certificaciones técnicas, que tienden a ser notoriamente más baratas que las carreras universitarias, no solo podría evitar que los estudiantes incurran a endeudarse para pagar sus estudios pudiendo optar por estas alternativas más económicas, sino que adicionalmente crearían una presión competitiva sobre las universidades para mantener sus precios bajos.

No tengo muchas esperanzas de que en las actuales circunstancias este debate se extienda al grueso de la opinión pública ya que este no vende tanto como la politiquería. Pero entiendo que esto debería ser un punto de partida para aquellos que sí buscan una solución definitiva al constante problema de la UASD.

El Nacional

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