Opinión

¿Y si Petrocaribe agoniza?

¿Y si Petrocaribe agoniza?

Por un muy reducido margen, los votantes venezolanos acaban de otorgarle una posiblemente corta línea de vida a la economía dominicana, que más que alivio debe servirnos de alerta. La ayuda de Petrocaribe tiene tanto tiempo instaurada que para muchos luce como si la misma fuera a estar allí para siempre. Mientras esa asistencia perdure, ciertamente no hay incentivo para que nuestros políticos hagan los correctivos necesarios en nuestra economía para hacer frente al alza de los precios del petróleo, pero la certeza de que esa ayuda tiene sus días contados debe movilizarnos a ejecutarlos cuanto antes.

Petrocaribe ha servido como un importante alivio a la presión interna sobre la tasa cambiaria, en caso de producirse su desmonte en el contexto actual se obligaría a nuestras autoridades a tomar medidas severas que pudieran afectar más nuestra economía, que ya como resultado de la reforma de finales del año pasado, de por si ya viene sufriendo un crecimiento agonizantemente lento.

La República Dominicana depende casi exclusivamente del turismo, las remesas y las zonas francas como sus principales generadores de dólares en la economía. Otro potencial generador de divisas sería la minería, pero las serias retrancas internas creadas en contra de la producción minera, asi como la tendencia a la baja en los precios de los minerales que se explotarían en nuestro país, puede que limiten de forma importante su efecto económico inmediato. En total no luce que en el corto plazo puedan surgir nichos importantes que generen  la oferta interna de dólares necesaria para responder a la demanda que surgiría una vez quede desmontado o limitado el actual Petrocaribe.

Por el lado de la demanda no abundan las alternativas realistas de corto plazo como para reducir el consumo de petróleo. La transformación de la matriz de generación de energía ya es algo que se ha venido conversando desde hace un buen tiempo y los avances que se vienen logrando son, en el mejor de los casos, tímidos. Aún si se produjera un cambio drástico en el sector, las cambios no serían palpables hasta dentro de un tiempo cuando puede que ya la economía estaría siendo afectada por la eliminación o replanteo de Petrocaribe.

Antes de la muerte de Chávez sugerí que nuestras autoridades empezaran a plantearse un Plan B frente a Petrocaribe y la incertidumbre de su permanencia. Hoy, independientemente del resultado final de la situación electoral en Venezuela, el Plan B se hace más urgente. La pírrica victoria de “El Elegido” deberá obligarle a priorizar la solución de los serios problemas sociales y económicos internos de la nación bolivariana que le ha legado Chávez, y esto probablemente ocurra en detrimento del juego geopolítico costeado con petróleo al que hasta ahora estuvo acostumbrado el chavismo.

Petrocaribe fungió como parche a un problema que hemos venido arrastrando como nación desde hace décadas, por lo que reformas estructurales en la forma de hacer negocios, el trato a la inversión y el enfoque de la esencia misma de nuestra economía deben ser replanteados. No es tanto sobre lo que debe hacer este o cualquier gobierno dominicano, quizás sea más sobre lo que este debe dejar hacer. El país va a necesitar dólares, y mucho va a tener que cambiar para que podamos tener la credibilidad de recibirlos, si evitarnos crisis en el futuro es lo que buscamos.

El Nacional

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