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16 días de activismo

16 días de activismo

Susi Pola

La campaña internacional de 16 días contra la violencia de género se celebra cada año desde 1991, iniciada entonces por el Instituto para el Liderazgo Global de las Mujeres que la coordina cada año, comienza el 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y termina el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos.

Estos 16 días, suponen una reflexión a nivel personal, familiar, comunitario y estatal para caminar hacia el control de la violencia contra las mujeres, un fenómeno sociocultural de trasmisión intergeneracional, naturalizado y por eso, invisibilizado en los mínimos detalles que conforman la cotidianidad dolorosa de más de la mitad de la humanidad.

Se trata de una violencia institucionalizada desde las estructuras culturales, validad en las prácticas sociales todas, con dificultad de identificación de parte de quienes las administran y también de todas las personas “administradas”.

En 2021, dice el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe de la CEPAL, en 29 países de la región al menos 4,473 mujeres fueron víctimas de feminicidio, tratándose de 12 muertes violentas por día.

De los 18 países que informaron, nuestro país es el segundo en incidencia de estos crímenes, con una tasa de 2.7 casos por cada cien mil mujeres, antecedidos por Honduras y seguidos por El Salvador.

Los datos dominicanos oficiales, de la Dirección Contra la Violencia de Género, de la Procuraduría General de la República, PGR, dicen que, desde enero a septiembre de este año, hubo 65 mil denuncias por estas violencias, de mayor incidencia la violencia sicológica y verbal.

Y siendo el feminicidio la última escalada de estas violencias, la Dirección, informaba como dato preliminar a 51 mujeres muertas violentamente a manos de sus parejas y exparejas, 30.42% de las cuales ya habían denunciado su situación frente a la justicia.

Entonces, en República Dominicana, se impone en estos 16 días, al menos, recordar que estamos la totalidad de la nación obligada para enfrentar la realidad en que están las dominicanas actualmente, en la familia y la pareja y en el ejercicio ciudadana en general, derechos y prerrogativas.

Y sabiendo que las violencias contra las mujeres son una propuesta instalada de la masculinidad hegemónica dominicana, una expresión de la inequidad de género, a modo de mandato para esa categoría, ejercida y generalizada, hay que actuar y ya no seguir suavizando la situación.

Una reflexión sobre las practicas milenarias que dan estos resultados. Para prevenir dolor. Para cambiar.