Editorial

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El periódico “Haití Sentinel” publicó el contenido de un memorándum interno del partido gobernante haitiano que revela que organizaciones empresariales pagarían 1.7 millones de dólares a cambio de imponer veda terrestre a las importaciones de 23 productos dominicanos.

La comunicación, dirigida al presidente Michel Martelly, fue redactada por la oficina política del candidato presidencial del partido oficialista, Jovenel Moisés, en la que se confirma que esa prohibición fue acordada con empresarios a cambio de dinero.

El documento también revela que la dirección del partido Te Kale solicita a Martelly casi diez millones de dólares de diversas fuentes públicas para financiar la campaña electoral del candidato Moisés, incluido presupuesto para pagar a mentados “agentes interinos”, diseminados por todo Haití.

Corresponde al Gobierno haitiano referirse de manera responsable a tan grave revelación hecha por un portal digital que se edita en inglés, cuyos editores afirman tener copia del comprometedor escrito, que demostraría que la veda terrestre contra productos dominicanos ha sido una felonía.

En tales condiciones de desorden, corrupción y tigueraje político prevaleciente en Haití no sería posible sustentar relaciones armoniosas y mutuamente provechosas con República Dominicana, cuyas autoridades no pueden exponer a la nación al vaivén de la anarquía del vecino.

Empresarios dominicanos, que han acordado establecer un “corredor aéreo” para poder exportar sus productos al mercado haitiano, deberían reflexionar sobre la durabilidad de los acuerdos corporativos a los que arriben con sus pares de Haití, a los que se atribuye comprar tan odiosa e ilegal veda terrestre.

Las relaciones diplomáticas, políticas o comerciales con Haití no pueden estar supeditadas a estrategias políticas espurias y repulsivas del Gobierno haitiano, que incluirían acciones tan deleznables como la venta al empresariado por 1.7 millones de dólares la decisión de impedir ingreso por vía terrestre de productos dominicanos.

Todos los indicios apuntan a que el clan gobernante en Haití ha colocado en el mercado del despropósito sus nexos con República Dominicana, como forma de retener el Poder. Es claro que el Gobierno dominicano no debe ceder ante el chantaje de ese tigueraje político.

El Nacional

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