Editorial

¡A la escuela!

¡A la escuela!

El de hoy es día de júbilo porque el futuro de la nación, representado por 2.5 millones de estudiantes, retorna a las aulas donde se informan y se forjan al amparo de un cuerpo profesoral que la sociedad confía en que enaltecerá la sublime condición del maestro.
Un total de 862,938 alumnos ingresan al sistema de tanda extendida en 2,879 centros educativos públicos, lo que se considera un gran paso de avance derivado del cumplimiento de la ley que fija el 4% para la educación básica y pre universitaria.

Esos casi 900 mil niños y niñas, cuyo horario de docencia se extiende desde las 8:00 de la mañana hasta las 4:00 de la tarde, recibirán desayuno, merienda y almuerzo, lo que representa un ahorro en el presupuesto familiar de unos seis mil pesos mensuales y la disponibilidad para que las madres se inserten con mayor facilidad en el mercado laboral.

Aunque falta mucho camino por recorrer para lograr que el Estado garantice proveer educación con elevados estándares de calidad, se resalta los esfuerzos oficiales por alcanzar esa meta, especialmente con la inclusión de otros 240 mil estudiantes a la tanda extendida y la construcción de miles de nuevas aulas para ese propósito.

Los colegios privados acogen desde hoy a unos 600 mil estudiantes, lo que representa un significativo porcentaje del universo de alumnos correspondiente a educación básica, intermedia y secundaria, cuyos programas de enseñanza serían supervisados por el Ministerio de Educación.

El Estado provee o debe proveer de uniformes, calzados y útiles escolares a miles de alumnos de familias vulnerables para garantizar su permanencia en las aulas y disminuir sustancialmente la deserción escolar, porque es deber del Gobierno garantizar que ningún niño quede excluido del sistema educativo público.

Padres y tutores están en la obligación de garantizar que todos los días laborables del año escolar, sus hijos asistan a la escuela y que, como miembros activos de la comunidad educativa, revisen las labores escolares y participen en todas las actividades promovidas por su centro educativo.

La mejor inversión que realiza el Estado es la que se dirige a promover la educación, especialmente la básica, donde se forman y forjan los hombres y mujeres del mañana, con la garantía de que serán el dinamo que movilice una sociedad con altos estándares de civilidad, más justa, sensible y democrática.

El Nacional

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