(y II)
Desde épocas ancestrales, el suministro subrepticio de compuestos letales a rivales y críticos ha sido un cañón político, para el trasvase sin tapujos post mortem. ¿Cuáles periodistas han sido víctimas de dosis de tóxicos mortales?, y ¿cuántos políticos?, desde el gobierno provisional (1965-1966) de Héctor García Godoy.
A la caza del crimen cuasi perfecto, con cicuta, cianuro, ricina, agua Tofana (ácido arsénico, plomo y extracto de belladona), polonio, dioxina, neurotóxico VX) y otros legendarios brebajes, químicos y biológicos, fueron intoxicados Sócrates, Tiberio Claudio, Mozart, Rasputín, José Stalin y en El Vaticano los papas Benedicto XIII, Alejandro VI, Clemente XIV y Juan Pablo I. También, Yasser Arafat, Hugo Chávez y otras figuras.
El lance más trascendente e icónico rota en derredor del líder histórico de la revolución cubana, símbolo de la tenacidad revolucionaria y el más rastreado de la humanidad, Fidel Castro (1926-Cuba-2016), a quien desde 1960 los gobiernos de Estados Unidos planificaron y pusieron en marcha 638 atentados abortados o desistidos, por lo cual se inmortalizó en el libro de Récords Guinness.
¿Y en RD?
Primer drama. Teófilo Guerrero del Rosario, quien laboró como periodista de El Caribe y La Nación, fue intoxicado y hallado sin vida en 1959, cerca de Radio Televisión Dominicana. La necropsia realizada por el médico patólogo Miguel Angel Logroño Batlle demostró que la muerte se produjo por “la administración de una sustancia tóxica”.
Segundo drama. El ex síndico Rafael Corporán de los Santos, en 1997 sacó una botella de agua de una nevera de su oficina de la emisora de su propiedad, Radio Popular, y cuando se la pasó cerca de los labios, sintió un calor y alergia. Acudió en seguidas a un centro médico y luego llamó por teléfono a un alto oficial de la Dirección Nacional de Investigación (DNI). Al inspector Raúl Hernández Cuevas y otro agente del DNI (pidió reserva de su nombre desde Estados Unidos), De los Santos les señaló que estaba seguro que se había producido un intento de asesinato, pero que no quería que trascendiera públicamente en vista de que podrían incriminar a parientes o a íntimos.
Tercer drama. En el 2015, un periodista de vasta experiencia fungía como director general de una instancia del Estado, y fue embestido con un veneno. Como señalamos en la primera parte de este artículo, “Corruptos de RD, ¿envenenaron a periodista?”, este confrontó “serias dificultades de salud”: “Se le debilitaron las cuerdas vocales, tuvo descamaciones cutáneas y se le cayó parte del cabello”.
Cuando se rehabilite física y emocionalmente, presentaría una denuncia por ante el Ministerio Público, a fin de que sea abierta una investigación, que urge en la raíz y en el fondo de la conjura. Aguardemos.