El presidente Luis Abinader dio en la puntilla o en el clavo, en un engendro socio-comunitario tan laberíntico, excéntrico y revuelto como el de la juventud. Hace casi un año prometió trabajar para que el Ministerio de Educación implemente el servicio militar voluntario en los planteles educativos, como variante de larga longitud focal para fomentar los valores, a fin de prevenir la delincuencia, el consumo de sustancias ilícitas, el pandillerismo y la violencia intrafamiliar.
Complementariamente, sugerimos al jefe de Estado que repita, una y otra vez, el aludido discurso que improvisó al encabezar el acto de graduación de la trigésima primera graduación de 3,349 estudiantes que aprobaron el Programa de Formación en Valores del Ministerio de Defensa (MIDE), y que luego el mandatario replicó (17 de diciembre de 2022) en otra ceremonia de la Dirección General del Servicio Militar Voluntario (SMV), de ese instituto castrense.
En el antedicho programa, que desde el 2001 ha graduado a más de 65 mil jóvenes -el 53% del sexo femenino y el 47 del masculino-, los participantes son instruidos en fundamentos de moral y cívica, cortesía y disciplina militar, valores y símbolos patrios, salud, primeros auxilios, seguridad vial, habilidades para el empleo, enfermedades de transmisión sexual, desastres naturales, cuidado del medio ambiente y recursos naturales.
La Dirección de Orientación y Psicología del Ministerio de Educación acaba de informar que, desde septiembre de 2022, han reportado 20 mil 120 conflictos violentos entre estudiantes y 1,724 enfrentamientos entre alumnos y docentes. Alarman los acosos sexuales, uniones tempranas y embarazos, sobresaltos que imploran la colocación de la luz roja, como el semáforo.
En su plática, Abinader Corona dio en la diana o blanco de tiro, en virtud de que una legión de muchachos callejea y vaga decaídos, raquíticos y achacosos, como si fueran viejitos; se cansan cuando corren una cuadra y no tienen capacidad para auxiliar a sus progenitores de ataques de maleantes.
Un mal torero no expresa que el mamífero sea bellaco. Son jergas diferenciadas y, en ese razonamiento, conviene abrir un debate sobre el servicio militar y el movimiento Boy Scouts, con exposiciones de los aspirantes a la Presidencia de la República y representantes de los partidos minoritarios.
Ante la propuesta del presidente de la República sobre el servicio militar voluntario, los ministerios de Educación y Defensa están compelidos a tomarle la palabra, en un enlace saliente y de alto relieve para izar la bandera del voluntarismo militar en las aulas. Señores ministros, no se crucen de brazos, accionen, porque la ordenanza está dada.
Esa mancomunión coadyuvará crecidamente a yugular, en un itinerario de mediano y largo plazo, el paisaje de lodazal de un segmento de la juventud dominicana, que últimamente melena con el pandillerismo escolar y barrial.