La sociedad dominicana de hoy no está lista para tratar el tema de los abortos. Hay posiciones sectarias, que impiden llegar a una conclusión. Lo ideal, es aplazar el conocimiento de la aprobación o rechazo de los abortos, hasta otro momento.
El Código Penal es una necesidad, pero no debe ser la parrilla donde se cuele el tema aborto. Hay que sacar del código todo lo relativo a los abortos. Ese tema tiene que ser congelado, hasta que haya otras circunstancias.
El aborto libre le suena a una parte considerable de la sociedad, como apoyo del libertinaje y el sexo sin responsabilidades. Las feministas enarbolan que cada mujer es dueña de su cuerpo y puede hacer con él lo que le venga en gana.
No es así. El aborto es un problema colectivo. Un tema de alcance nacional, para el cual no hay soluciones a mano. Tratar de meterlo en el nuevo código penal es sencillamente crear un empantanamiento.
Es muy difícil, por no decir imposible, que el sector religioso apoye el aborto en cualquier de las tres causales. A pesar de los aires de nuevo tiempo y de modernismo, los cristianos constituyen uno de los estamentos básicos en la sociedad dominicana.
Puede ser que en unos años más se imponga la juventud sin normas y rebeldías sin causa, con moral construida, no por la razón, sino por las coyunturas. Cuando llegue ese momento, seguirá de nuevo el choque entre feministas y religiosos.
No se puede ser radical en los términos en que se trata el abordo. Tienen que ceder terreno los religiosos y las feministas. Cuando la futura madre está en peligro de vida se podrían aplicar los abortos. Ese momento crítico tendría que ser dictaminado por una junta de médicos.
Una disyuntiva entre salvar a la madre o al neonato podría abrir un amplio debate, que se debe caracterizar por las exposiciones de conciencia, no de tremendismos de ONGs ligadas a organismos internacionales. En el exterior cada día va ganando terreno la práctica del aborto, pero son realidades totalmente distintas, de sociedades que viven una experiencia muy diferente a la dominicana.
El aborto a futuro solo podría ser aceptable por el consenso y opinión de una junta de médicos y escuchando y respetando la filosofía y creencias de los religiosos.
Las discusiones sobre el aborto deben continuar, expuestas con sinceridad y sin fanatismo. Pero si estamos claros que no hay ahora mismo condiciones para su aprobación. Que se desligue el tema del código penal.
Por: Manuel Hernández Villeta