Decenas de camiones conducidos por haitianos extraen gran cantidad de arena del río Masacre, en una zona contigua la provincia de Dajabón, ocasionando una gran disminución de los caudales de agua, dejando seco el río, y afectando al sector agrícola y ganadero del lado dominicano que carecen del preciado líquido, indispensable para la producción agropecuaria.
Decenas de haitianos bajan diariamente a las orillas del río con cubetas que son llenadas del material, y luego lo acumulan hasta la llegada de los vehículos pesados para transportarlo hasta el interior de la parte occidental de la isla, generando daños a la economía de los labriegos de la línea limítrofe, situación que se agrava con la construcción de un canal que se abastece de agua al represar el afluente e impidió que el vital hídrico llegue a lugares, donde están sembradas miles de tareas de diversos productos que requieren irrigación.
Dentro de poco tiempo, no habrá corriente de agua, y solo quedará el daño ecológico y la desaparición de parcelas de arroz y la muerte de reses, en perjuicio de muchos nacionales que tienen como base de sustentación la agricultura y la ganadería, mientras no aparece nadie que le ponga cascabel al gato, pues potencias extranjeras intervienen en favor de los desafueros de Haití.
A pesar de que en su reciente visita al país, secretario de Estado norteamericano, Antoni Blinken, reconoció que la crisis haitiana afecta de manera inmediata a la República Dominicana y luego a otros países de la región, todavía la superpotencia maneja planes para que nuestro país sea parte de la solución de la crítica situación de Haití.
Aunque algunos ultra nacionalistas dudan de las virtudes patrióticas del presidente Luis Abinader, la mayoría de la población dominicana se inclinan a creer en la sinceridad de su discurso frente al tema haitiano, y estiman que el primer mandatario tiene su palabra empeñada de que defenderá la soberanía y la Independencia de la nación por encima de interés foráneos, cumpliendo con el mandato de la Constitución y las leyes. El gobierno ha subrayado que la extracción de agregados del río Masacre de manera irregular, sin los estudios correspondientes constituye una violación a leyes ambientales y una grosera transgresión al Tratado de Paz, Amistad Perpetua y Arbitraje, firmado por ambos países en el año 1929.
En tanto, el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI) construyó una docena de pozos de agua, conectados a electro bombas, a los fines de contribuir al regio de las tareas afectadas por la depredación haitiana, mientras se repara y refuerza el canal la Vigía que tendrá agua suficiente para el tiempo de sequía.