A partir de hoy, cuando se ha computado el 97% de los votos emitidos en las elecciones de hace nueve días, el país está compelido a retomar su ritmo de normalidad, con sus altas y bajas, en cotidiano esfuerzo colectivo por avanzar en vez de retroceder.
El presidente Danilo Medina proclamó ayer que su nuevo gobierno pondrá énfasis en evitar que se desperdicie el agua, pero debería prometer que también haría todo lo posible por evitar que la sociedad pierda o extravíe el tiempo, que como ese líquido vital debería emplearse siempre en favor de algo útil.
Frente a un entorno internacional tan difícil y difuso, Gobierno, clase política ni empresariado deberían botar el tiempo dando vueltas en círculo, como el can que en vano intenta morderse la cola, porque es como el agua que se pierde en el mar, que jamás retorna al cauce.
La economía dominicana mantiene una previsión de crecimiento superior al 6% del PIB, lo que solo se obtendría si desde hoy mismo el aparato productivo nacional recobra su dinamismo, sin desperdiciar ni un solo segundo en lograr sus metas relacionadas con exportaciones, turismo, remesas, inversión extranjera, y reducción del déficit fiscal.
Lo aconsejable sería que la oposición política se aleje del muro de las lamentaciones o del Coliseo de la confrontación y reencauce sus denuncias o querellas sobre resultados electorales a través de los órganos jurisdiccionales que señala la ley.
El dedo acusador de la población apuntará sobre cualquier autoridad, partido, grupo o persona física, a causa de cuya irracionalidad, insensatez o cualquier otra acción culposa, la economía no logre alcanzar los promisorios vaticinios señalados para 2016. No hay castigo peor que el desprecio ciudadano.
Duarte con París
La vital intersección de las avenidas Duarte y París ha quedado convertida por muchos años como una pocilga y letrina que de noche se convierte en gran antro de prostitución, venta y consumo de drogas, que decenas de familias de ganan la vida en ese perímetro convertido también en un gran mercado.
Un reportaje publicado ayer por El Nacional revela el dramático escenario de la Duarte con París, donde en plena calle o acera se expenden alimentos, se improvisan fondas y retretes, sin que ninguna autoridad municipal o de Salud se digne intervenir. ¿Hasta cuándo?