Ante el paso de la tormenta Melissa sobre aguas del mar Caribe, el Comité de Operaciones de Emergencias (COE) declaró en alerta roja a todas las provincias del litoral sur, y el Gobierno dispuso la suspensión de la docencia en esos lugares y el recorte del horario laboral hasta la 1:00 de la tarde.
El presidente Luis Abinader, quien encabezó anoche la sesión del COE, declaró al Gobierno en estado permanente de emergencia e instruyó a todas las dependencias públicas a participar activamente en la tarea de asistir a la población ante la situación ciclónica.
La directora del Instituto Nacional de Meteorología (Indomt), Gloria Ceballos, advirtió que la tormenta tropical, a punto de convertirse en huracán, se mantendría virtualmente estacionaria al suroeste de Haití de la isla Hispaniola, lo que provocaría intensas precipitaciones principalmente desde La Altagracia hasta Pedernales.
Ha hecho bien el presidente Abinader con anunciar que el Gobierno se mantendrá activo durante todo el tiempo que se prolongue el paso muy lento de la tormenta Melissa cerca del territorio nacional, al señalar también que el propósito primario debe ser el de salvar vidas.
La situación requiere que todas las alcaldías activen sus programas de emergencia y que senadores y diputados se coloquen en primera fila en todo lo relacionado con asistencia y prevención en sus respectivas comunidades, especialmente en las provincias declaradas en alerta roja.
El mandatario ha formulado una encarecida exhortación a las familias asentadas en zonas vulnerables cercanas a ríos, arroyos, cañadas o laderas de montañas a desplazarse de inmediato a lugares seguros o albergues activados por el Comité de Emergencias.
En medio del alerta de tormenta, la provincia Monseñor Nouel sufrió ayer momentos de angustia cuando 82 trabajadores de la mina Cerro Maimón quedaron atrapados en un túnel a causa de un derrumbe, rescatados más de cinco horas después cuando brigadas militares de Defensa Civil y de la empresa minera lograron retirar los escombros.
De nuevo se exhorta a la población a obedecer todas las disposiciones que emanen del Comité de Operaciones de Emergencias, única manera de prevenir pérdidas de vidas o mitigar desastres. Que cada quien cumpla cabalmente con su responsabilidad ante el riesgo mayor de que esa tormenta, convertida quizás en huracán, eleve los riesgos de causar desgracias mayores