“Con Serrat” y 2
Les recuerdo que estuve con Serrat el pasado miércoles 30, como conté el jueves pasado, y que hoy concluiría pidiéndole que se retire. Por poco menos de los 50 años que lleva cantando he sido más que su fans.
He vivido analizando sus canciones, incluso las que musicalizó de Antonio Machado, León Felipe, los dos bellos trabajos a los poemas de Miguel Hernández; y a Benedetti; justificando algunas de mis penas y desgracias con algunas de ellas: “Pueblo Blanco”, “Si la muerte pisa…”, “Elegía” y “Umbrío por la Pena”; he deambulado por tragedias amorosas y encontrado refugio en “De vez en cuando la vida”, “Una Mujer desnuda y en los oscuro”, “Soy sinceramente tuyo”, “Palabras de Amor”, “Por dignidad”, “Princesa” y, cambiándole circunstancialmente el nombre, a “Lucía”; las crisis existencialistas las he conjurado con “Vencidos”, “Aquellas Pequeñas cosas”, “Por las paredes” y “He andado muchos caminos”, “Uno de mi calle…”; los sueños por una sociedad nueva me los estimulaba con “Perdone el señor”, “Algo personal”, “Romance del curro…”, “El sur también existe”; fortalecí mi visión positiva de la vida apoyándome en “Hoy puede ser un gran día”, “Vagabundear”, “Las moscas”, “Para la Libertad”; me reencontré con mi niñez en “Los locos bajitos”, “El Carrusel del Furo”, “Las malas compañías”, “Mi niñez” y “Barquito de papel”. En fin Serrat es historia de vida, él mismo ha sido fiel a lo que ha escrito y cantado, ha sido receptor de todos los reconocimientos serios y de los otros, fue ejemplo de lo que ideológicamente planteaba al enfrentar el exilio, supo militar la amistad con los colegas artistas de su generación y, entre otras cosas, ha sido infinitamente respetuoso con su público.
Debe haber ganado lo suficiente para vivir decentemente, por lo que ya está bueno para decir adiós, por lo menos de los escenarios. No es bueno verlo queriendo manejarse como un artista que tiene la vitalidad de los 40 cuando ya pasa los 70s.BartazarGracian sentenció: “Es conveniente jubilarse antes de que lo jubilen”.
Una gira de despedida, con algunos de sus amigos, en la que haga unos altos para interactuar con el público, sería fantástica y allí de seguro estaría el que hace “algo más que salud”.