El maestro
El pasado lunes fue Día de San Juan, que evocado en la canción “Fiesta” de Serrat, nos recuerda que es “… En la noche de San Juan / Cómo comparten su pan / Su mujer y su gabán / Gentes de cien mil raleas / Apurad / Que allí os espero, / si queréis venir / Pues cae la noche y ya se van / Nuestras miserias a dormir…”.
Es por Juan el Bautista, el que bautizara a Jesús, quien había dicho, mucho antes de la llegada de Jesús, a los Fariseos: “Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego” (Mateo 3:11).
Entonces en Mateo 3:13-15 acontece la llegada de Jesús y se suscita este diálogo entre Juan y él: “Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él. 14 Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? 15 Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia.”
La fiesta de San Juan es fiel a la Iglesia, pero en algunos lugares se hacen ritos paganos. Juan termina decapitado por denunciar una relación incestuosa entre Herodes y la esposa de su hermano.
Pero si bien es cierto que tanto Juan el Bautista y Jesús son maestros, yo quiero felicitar a los miles de maestros que en todos los niveles ofrecen, algunos con grandes sacrificios, sus conocimientos para formar hombres y mujeres de bien y especialmente a quien supo serlo para todo el país, enseñando, principalmente con su ejemplo, y que naciera, precisamente un 30 de junio de 1909, para más coincidencia ese mismo día, pero de 1943 casó, para el resto de sus días, con Carmen Quidiello, su nombre también era Juan, apellido Bosch.
Por: A Dulce Ventura