Certezas
Ayer fue Navidad, día que en mi país, y en casi todo el mundo occidental celebramos, precedido por la Nochebuena que los dominicanos veneramos, aún.
Es tiempo de fiestas, comida y bebentinas, pero todavía quedamos muchos que por asunto religioso o convicción personal, la tomamos para reflexionar sobre por qué seguimos aquí, hacia dónde vamos o qué cambios debemos hacer para vivir mejor material, emocional y espiritualmente. Yo, sobre esto tengo algunas certezas:
“Si quieres estar triste, nadie / en el mundo podrá conseguir / que seas feliz, pero si decides / ser feliz, no habrá nadie que pueda impedir esa felicidad, / la felicidad es una elección”. Paramahansa Yogananda. Esto lo debo haber visto así, o parecido, un millar de veces, pero aún me resulta difícil manejarlo. Muy personales.
No quiero ser rico poderoso. No quiero la fama que se crea sobre imagen de marqueting. Renuncié, hace tiempo, a ser querido o aceptado por mentir y ya desistí de montar bicicleta.
Más generales estas: Recordar que José Díaz debe querer y proteger primero a José Díaz. Es incuestionable que los hijos vienen y se van. Busquen en las redes la bonita imagen de que son como barcos.
Rius tenía razón de que “La panza es lo primero” y de que la cacareada salud se sostiene en cinco elementos básicos: comer y beber sano y solo lo necesario, mantenerse activo y evitar el sedentarismo, tener espacios donde podamos compartir y recrearnos, evitar el stress y las personas tóxicas y nunca dejar de aspirar a seguir adelante.
Nadie nos salvará, solo nosotros mismos y que en ello es fundamental servir a los demás o al decir del mismo Jesús “Quiere a tu prójimo como a ti mismo” que ya Buda citaba 500 años antes.
Despidamos estas certezas con el mismo cuyo nacimiento celebrábamos ayer: «Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el reino de Dios» Mateo 19:24.