Dora Galego
Falleció la noche del pasado miércoles 13 de agosto (coincidencialmente el día en que nació Fidel), a los 88 años, en La Habana, Cuba la doctora Dora Galego Pimentel, patóloga que llegó a ser vicedirectora del hospital “Hermanos Ameijeiras”, y representante de Cuba ante la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero sobre todo un bello ser humano. Visitó varias veces nuestro país en los convenios que establecimos a través de la Asociación Médica Dominicana junto a sus colegas Bartolomé Arce y Héctor Rodríguez Silva. Los tres ya han partido a otra dimensión. Junto a Enriquillo Matos establecimos una bonita y solida amistad con ellos.
Dorita, como le decíamos los de cerca, fue además experta en Administración de Servicios de Salud, y ejerció las funciones de la dirección, por once años, en relaciones internacionales del ministerio de salud pública de Cuba, favoreciendo la conexión de la salud cubana con el mundo, que deben ser las más amplias de cualquier país del mundo.
Pero lo más trascendente de la vida de esta colega, que fue mi amiga, era su humildad, su respeto por la condición humana, el apego a los principios de la salud y una militante fiel de la Revolución Cubana. Visitó decenas de países, pero siempre regresaba a su patria, no la deslumbraban los oropeles de los países capitalistas, y prefería vivir en la modestia, pero con el respeto y la dignidad que ofrece Cuba y su sistema socialista.
El domingo publicaré en la sección La Semana, un reportaje sobre ella que incluye fotos en las que aparecemos firmando el convenio entre el Almeijeiras y la Asociación Médica Dominicana (AMD), pero lo verdaderamente trascendente, es que toda su vida, en un ejercicio que duró más de 60 años, esta excelente colega lo hizo con entrega y amor, lo que llena de orgullo, por la amistad que construyó con ella, al que escribe “algo más que salud”.
PD/ Este sábado 23 la puesta en circulación de mis libros en el Havana Highst, de New York al mediodía.