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Algo más que salud

Algo más que salud

José Díaz

A Echy, en su cumple

Hay un mundo, uno solo, en el que vivimos todos, y existe, al mismo tiempo, para cada quien, un mundo particular en el que debemos permanecer de la mejor manera que podamos. Para los que somos adultos existen unos estándares que tenemos que cubrir, para vivir bien: tener una fuente de ingreso que sea suficiente para cubrir las necesidades básicas, tanto nuestras como de aquellos que dependen de nosotros, si los hubiese, y al mismo tiempo tratar de que ese “ganarnos la vida” no nos impida disfrutar de ésta y tener un día a día que sea satisfactorio, que nos permita estar a gusto con estar aquí: viviendo; muchos llaman a eso ser feliz.

No resulta fácil para los que viven en condiciones de extrema pobreza o en ambientes cargado de peligros en el cual ni nosotros ni los que nos acompañan, como familia, están seguros, pero podemos vivir en lugares sin esos riesgos, y aun así no estar exentos de factores que nos dañen o impidan sostener una vida tranquila y en paz, que a la postre, con las necesidades básicas de subsistencia resueltas, debe ser la meta de todo ser humano bueno y decente.

No creo necesaria la riqueza económica, mucho menos la que es exagerada, cargada de lujos y teneres, y peor aún si ha sido lograda de manera deshonesta o dañando a otros; yo diría que lo fundamental es tener lo indispensable para alimentarse sanamente, poseer un techo en condiciones decentes, estar en armonía con los que convivimos y disponer de medios de transporte, aunque no sean propios, que nos permitan llevar a cabo las actividades que requerimos para vivir nuestro “pequeño mundo”.

Agregar un elemento poco valorado, pero que es piedra angular de religiones milenarias y preceptos filosóficos de todos los tiempos: que ese vivir bien sea además sirviendo a los demás, especialmente los más vulnerables, ahí sí podemos llevar una vida que es “algo más que salud”.