República Dominicana y Haití reanudarán el jueves en Juan Dolio un diálogo bilateral matizado por múltiples interrupciones, y aunque siempre las partes invocan voluntad de concertar, no logran todavía plasmar plenamente ningún acuerdo que ayude a desarrollar una agenda de cooperación tan amplia y recíproca como se requiere.
Las expectativas en torno a esta nueva edición del diálogo dominico-haitiano no sobrepasan las barreras de un pesimismo alimentado por fracaso de otras reuniones similares que no han podido celebrarse o que sus resultados han sido menos que irrisorios.
La comisión dominicana, encabezada por el ministro de la Presidencia, Gustavo Montalvo, y la haitiana, por el primer ministro, Laurent Lamothe, pasarán revista a intenciones de acuerdos sobre comercio, salud, migración, turismo, seguridad y medio ambiente, alcanzado en ediciones anteriores, la mayoría de los cuales se mantienen encerrados en papeles.
Ojalá que en esta nueva ronda de conversaciones entre Santo Domingo y Puerto Príncipe, se pueda lograr el compromiso de Haití de ejecutar un programa gratuito de identificación de sus nacionales residentes en República Dominicana que requieren acogerse al Programa Nacional de Regularización Migratoria. Algo sería algo.
Murió un grande
Alfredo Di Stéfano, quien fue uno de los más grandes exponentes del fútbol mundial, falleció ayer en España, en cuya selección nacional participó en 31 encuentros, después de nacionalizarse y actuar en cinco ocasiones con el seleccionado de Argentina, donde nació en 1926, aunque las mayores páginas de su gloria deportiva fueron escritas en el emblemático Real Madrid, del que fue por muchos años su máximo goleador.
Di Stéfano era considerado entre los cinco mejores futbolistas del siglo XX, junto al brasileño Pelé, el argentino Diego Armando Maradona, el holandés Johan Cruyff y el alemán Franz Beckenbauer, aunque muchos lo sitúan como el mejor de todos los tiempos.
Después de cumplir una extraordinaria carrera deportiva que incluyó 307 goles con el Real Madrid, que lo fichó en 1953, Di Stéfano, con su depurado juego, cambió la historia del más tradicional equipo del fútbol español, del que llegó a fungir como presidente honorario. Su muerte, acaecida a los 88 años, coincide con las finales del Mundial Brasil 14. Loor a esa leyenda del balompié.