Con un diseño revolucionario único, el telescopio Atacama Large Millimeter Array, por sus siglas en inglés ALMA, es utilizado en la actualidad hasta para medir la masa de agujeros negros, cosa que hasta hace poco era imposible. El mayor proyecto astronómico vigente, inaugurado en marzo de 2013 está compuesto por 66 antenas de alta precisión situadas a 5 mil metros de altura, construido en el llano de Chajnantor, en la cordillera de Chile.
El ALMA es fruto de una asociación internacional entre Chile y Europa, Estados Unidos, Japón, Canadá, Taiwán, Corea del Sur y organizaciones científicas.
Este equipo se encuentra en medio de la Cordillera de los Andes, cerca de las fronteras con Argentina y Bolivia, cuyas antenas parabólicas tienen diámetros de hasta 12 metros y un peso de 100 toneladas cada una.
Las antenas trabajan al unísono, detectando ondas de radio desde el espacio exterior. Un supercomputador, tan poderoso como tres millones de laptops, transforma las ondas en datos que se envían al centro de operaciones del ALMA, ubicado en la ladera de la montaña, a 2,900 metros de altitud.
Allí, los astrónomos estudian detenidamente la información y la utilizan para expandir el conocimiento del universo y donde han hecho algunos descubrimientos notables.
«Apenas el año pasado encontramos un sitio en donde se está formando un disco alrededor de una estrella y donde se están formando planetas», dijo Violette Impellizzeri, astrónoma de la parte de operaciones del ALMA.
«Estas antenas pueden detectar moléculas de otras galaxias. ¡Es increíble!», dice el coordinador del proyecto, Pablo Carrillo.
Materia oscura
Desde la época de Galileo, los científicos han utilizado los telescopios ópticos para mirar hacia el universo, pero ese tipo de telescopios sólo pueden detectar ondas de luz a partir de una pequeña parte del espectro electromagnético.
Sirven muy bien para ver cosas brillantes como estrellas, pero no tanto para perfilar las partes más oscuras del universo, como el centro de los agujeros negros. Ahí es donde el ALMA entra en acción.
Los científicos lo usaron recientemente para medir la masa de un agujero negro supermasivo a 73 millones de años luz de la Tierra. «Es la primera vez que se ha hecho con tanta precisión», dice Impellizzeri.
El telescopio también ha detectado moléculas de azúcar en el gas que rodea a una estrella joven similar a nuestro sol. Esto sugiere que los sistemas solares distintos de los nuestros podrían albergar vida.
Se ha utilizado para estudiar los sistemas de estrellas binarias que, a diferencia de nuestro propio sistema solar, contienen dos soles en lugar de uno.
No se sabe exactamente cómo los planetas sobreviven en estos sistemas binarios. La lógica indica que, debido a que orbitan dos estrellas en vez de una, debieran quedar atrapados en un tira y afloja gravitacional peligroso entre ambos.
Esta fuerza debería hacerlos salirse de órbita, enviándolos a chocar contra las estrellas o lanzándolos fuera de su sistema solar.
Pero el ALMA ha demostrado que estos planetas orbitan alrededor de estrellas dobles sorprendentemente sin problemas.
El ALMA es uno de varios telescopios gigantes construidos en el desierto de Atacama de Chile, que cuenta con uno de los cielos más limpios y secos del mundo, la altitud fue tomada en cuenta para su construcción. Al ser construido en Los Andes, los ingenieros están por sobre gran parte de esa humedad que podría limitar su accionar.
Los datos de este trabajo fueron obtenidos de varios artículos de BBC Mundo, uno de ellos escrito por Gideon Long.