Editorial

¡Alto al desenfreno!

¡Alto al desenfreno!

El liderazgo partidario está compelido a producir un firme llamado a la calma y a la sensatez a quienes incurren en violencia o desórdenes en protesta por supuestas irregularidades en el conteo de los votos en perjuicio de tales o cuales candidaturas.
Un injustificable desenfreno se ha expresado en diversos municipios con quema de neumáticos, incendio de vehículos y enfrentamientos a tiros y piedras entre manifestantes y autoridades, además de contabilizarse un saldo de al menos seis muertos por razones atribuibles al conflicto post electoral.

A la Junta Central Electoral (JCE) le corresponde ofrecer los resultados de las elecciones del domingo con cómputos que reflejen fielmente todas las actas endosadas por los delegados políticos, sin que ningún partido o candidato incite a la violencia o a cualquier forma de intimidación.

El voto se defiende ante las jurisdicciones establecidas por la ley, sin necesidad de incurrir en tropelías o alterar el orden público, por lo que todos los partidos que participaron en las elecciones están en la obligación de promover calma y paciencia en sus respectivas parcelas.

Más de cuatro millones de dominicanos acudieron ordenadamente a las urnas en cumplimiento de un deber cívico y para expresar una voluntad que nadie, absolutamente nadie, tiene derecho a perturbar.

Esos sucesos de violencia perjudican muy seriamente el clima de gobernabilidad y a la estabilidad económica y monetaria del país, razón por la cual la ciudadanía rechaza vehementemente tales expresiones de intolerancia y violencia, cuya responsabilidad sería endosada a los partidos que no lo condenen expresamente.

Con la paz y la tranquilidad de la nación no se negocia ni se juega porque aun para los incrédulos, el ordenamiento político nacional está absolutamente hábil para dirimir cualquier tipo de querella o reclamo derivado de los resultados electorales.

La violencia o el desenfreno no conducen a nada bueno, por lo que se reclama con todo vigor que partidos y candidatos permitan que la JCE cuente los votos y anuncie sus resultados, bajo la premisa de que quien ganó, ganó y el que perdió, perdió.

El Nacional

Es la voz de los que no tienen voz y representa los intereses de aquellos que aportan y trabajan por edificar una gran nación