El domingo 2 de marzo se llevará a cabo la 97ª ceremonia de los Premios del Oscar 2025. La película Anora está nominada en seis renglones. Humor negro y drama dirigido por Sean Baker, ésta nos sumerge en la ficción de seres deshumanizados y desequilibrados, donde ni las drogas, ni los juegos, mucho menos el alcohol, como tampoco la vida licenciosa, los conducen a la felicidad.

La gente alrededor de Anora se mueve por dinero para ganarse la vida, y es ahí precisamente en donde la pierden. El American Dream mueve a las personas a ver únicamente la papeleta verde en su interacción diaria, convirtiéndose ésta en su «moral cotidiana». A pesar de Anora estar seleccionada dentro de mejor guion original, personalmente creo que al filme le falta consistencia en el relato.

Su trama trata sobre Ani (Mikey Madison), prostituta —aunque Ani dice no ser prostituta, sino «Stripper»— del club Headquaters, ubicado en Brooklyn, lupanar frecuentado por personas VIP. Allí conoce a Vanya (Yura Borisov), joven ruso que dilapida la fortuna de sus padres.

Lo mejor de Anora es la actuación de Mikey Madison en el papel de la meretriz que busca ascender socialmente en base al sexo. Madison dibuja frente a las cámaras, y hasta en los primeros planos la actriz demuestra su extraordinario histrionismo.

La cinta Anora se parece a muchos otros celuloides. A veces da la sensación que es un spin-off de Pretty Woman; igualmente, por instantes pensé estar enfrente de Nueve Semanas y Media de Adrian Lyne; en algún momento me imaginé viendo otra versión neoyorquina de La Cenicienta.

De Anora también me cautivó la fotografía de Drew Daniels con sus tonos «ochentosos». Se abusa de los desnudos. No debió de pasar de 90 minutos. Le doy un 6 de 10.