Muy lejos de reducirse o cesar, los apagones continúan siendo un dolor de cabeza para el país y particularmente para la masificada población del Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo. Los apagones han venido afectando todo el quehacer del país, incluidas las actividades domésticas y la salud de la gente que llegó a creer en la palabra de algunos gobernantes.

Pero, ni la categórica promesa de Danilo Medina cumplió con su palabra de que tendríamos energía eléctrica 24/7 y a menor precio su facturación.

El fue un híperoferente de que acabaría con los apagones, contando con las mellizas que amamanta Punta Catalina en Bani, que será también el mayor fracaso de su promesa, porque la finalización de esa planta es coherente con sus inicios tramposos y corruptos de su gobierno con apoyo de su precursor para beneficiar a familiares y aliados suyos.

Ahora los apagones, de Edeeste, son más largos y más frecuentes que antes. María Auxiliadora por ejemplo, acaba de sufrir uno de 60 horas, debido a mantenimiento o averías, pero no se les cree, por mentirosos, pues lo mismo hace con las facturas, que con o sin apagones ni pandemia, cada día son más altas.

Son apagones para la extorsión pues durante la pandemia los montos por factura se han multiplicado hasta por cuatro, y como las edes son monopólicas ha habido que pagarlas.

Es inhumano y abusivo que en medio de este fuerte calor esta empresa juegue olímpicamente con la salud de la gente y dañe comestibles y bebidas de normal uso familiar.

Este atropello es también violatorio al contrato entre clientes y la empresa que pactaron el suministro de energía todos los días por tiempo indefinido.

Punta Catalina es como el vaso aquel por mitad de liquido; la confianza en ella es vacilante, pues ha sobrevivido de conflicto en conflicto, de robo en robo y sin salud estable desde sus sucios inicios y de mal agüero todavía hoy.

No sería vago observar estas ocurrencias por si fuera un pellizco al nuevo gobierno, por nuevo, por distinto y por haber anunciado auditar todas las dependencias del Estado y en particular a Punta Catalina.

De todos modos es necesario y urgente que los sectores afectados con estos pecaminosos apagones estén atentos para exigir su cese y que se le ponga coto a la extorsión que la Edeeste ejerce sin comedimiento y violando los contratos con sus clientes.

Lic. Santiago Martínez