El primer día laborable de 2015 precede a un fin de semana, como si el calendario quisiera ofrecer al Gobierno, clase política, empresariado y sector sindical una oportunidad adicional para reflexionar en torno al consenso sobre un plan estratégico que ayude a promover progreso y equidad social.
Por tratarse de un año pre electoral, el inaugurado hace dos días requiere de un abordaje especial y consistente de las autoridades y todas las fuerzas incidentes en la dirección de fomentar y consolidar un vulnerable estado de derecho.
República Dominicana dista mucho aún de colocarse a las puertas del desarrollo económico, y es mucho el trecho que falta para alcanzar el estadio de consolidación institucional, aunque se reconoce que se avanza más que lo que se retrocede en ambas direcciones.
La incertidumbre de la economía mundial no permite que en territorio insular se pierda tiempo en circos electorales o ferias de demagogia política, por lo que es menester que todos los minutos del naciente año se empleen desde el Gobierno y la sociedad en iniciativas productivas.
La agenda de urgencias nacionales es larga y extendida con retos tan trascendentes como la crisis del sector eléctrico, la necesidad de alcanzar un consenso sobre fiscalidad, el problema de la inseguridad ciudadana y el dilatado tema sobre el desorden migratorio.
Sería una desgracia que Gobierno y liderazgo político pospongan el obligado cronograma de trabajo para levantar tempranas carpas de promoción electoral, como si el circo estuviera por encima de la obligada jornada por la estabilidad macroeconómica y la equidad social.
No se niega el derecho de partidos y aspirantes a madrugar en la promoción de sus candidaturas para las elecciones de 2015, pero todos deberían entender que nada justifica postergar la ejecución de programas y políticas publicas relacionadas con los afanes de impulsar la estrategia nacional de desarrollo o abordar los males más urgentes que afectan al ensamblaje social, económico e institucional.
No es posible recuperar el tiempo que se pierde o se desperdicia en bufonerías o que se emplea para beneficiar a persona física o jurídica, en detrimento de la mayoría. Lo que se pide es que gobernantes y gobernados trabajen día y noche en 2015 en beneficio del bien común.