Arrobá inicia su exhibición comercial desde hoy como proyecto de cine novedoso que combina con éxito los géneros de aventura, ficción y comedia, en un enfoque inusual y creativo,
En el filme resultan fundamentales las hilarantes actuaciones y dirección de arte, dotada de gran profesionalidad, además de la fotografía y su universo sonoro.
El proyecto es bueno y recomendable como entretenimiento familiar, con un positivo mensaje sobre el valor de lo humano por encima de lo material.
Padres y madres deben acudir a verla como espectáculo de cine y como orientación en valores, que involucran mensajes desde la honestidad y el disfrute de la vida despojada del consumismo así como la advertencia de los daños del cambio climático.
Arrobá comporta para el gran público una oferta atractiva por la organicidad de Kenny Grullón, la brillantez hilarante y cubanísima de Alexis Valdez y una brevísima e inolvidable actuación de Félix Germán, como presentador de un programa televisivo criollo en el futuro. Irving Alberti despliega sus recursos como personaje alter ego y Honny Estrella aporta una presencia femenina valiosa, pero que pudo haber sido mucho más determinante en pantalla.
Los recursos técnicos sienten empleados a fondo y con criterio, particularmente la dirección de arte, para recrear las distintas épocas, incluyendo la de Trujillo, interpretado al tono comic por Giovanny Cruz. La fotografía, edición y banda sonora son de gran calidad, tras el cuidado puesto por el director José María Cabral, quien, de paso, hace un cameo (aparición rápida en su filme).
Lo mejorable
Pese a que recomendamos con entusiasmo el ir a verla y no por ser cine dominicano sino por ser buen cine, algunos aspectos nos llaman la atención.
En el guión se pudo haber resuelto de mejor manera la parte final, para dar con el famoso control cuya rec uperación es un tanto forzada; hubiéramos querido otra imagen de la máquina del tiempo que, a pesar de basarse en una alta tecnología para esos viajes, pudo haber sido mejor terminada en su apariencia (sin planchas de zinc ni puertas de maera prensada) y el ritmo de la cinta, a partir de su tercer tercio, pierde un tanto de empuje por la reiteración de escenas, situación salvada con brillantez por la fuerza de Félix Germán, bien caracterizado, como presentador de TV.
Recomendada para toda la familia. Buen espectáculo fílmico que hace una diferencia en materia de comedias locales.