La Organización Mundial de Turismo (OMT) ha lanzado su voz de alerta, llamando a desterrar el liderazgo tímido y poner en práctica medidas contundentes para reactivar la industria a escala planetaria.
El golpe que ha supuesto la pandemia del coronavirus al sector lo mantiene tendido en la lona en el primer round de una pelea desigual contra un peleador invisible.
El pasado 18 de agosto el secretario general del organismo, Zurab Pololikashvili, resaltó los tiempos inciertos que viven los ciudadanos de todo el mundo en momentos en que se necesitan mensajes firmes, claros y coherentes.
Destacaba en un artículo publicado en la web de la organización que de enero a mayo la caída repentina y rápida de las llegadas de turistas costó, según estimaciones, 320 mil millones de dólares, cifra que triplica a la del impacto en el sector de la Gran Recesión de 2007-2009, y eso solo para los cinco primeros meses del año.
La OMT considera que la reapertura de las fronteras al turismo ha sido recibida con alivio por quienes dependen del sector, sin embargo, entiende que “no es suficiente, a luz de los anuncios y medidas recientes que parecen alejarse cada vez más de esa coordinación internacional que la OMT lleva pidiendo desde que eclosionó la pandemia”.
Mientras, la OMT concluye que las medidas unilaterales y cortoplacistas traerán consecuencias devastadoras, en teoría, los actores coinciden en que el éxito de la reapertura depende de la unión de todos, en una clara demostración de que esa sine rgia es necesaria para ganar el próximo round y por nocaut.