La República Dominicana debe mantenerse apartada de la crisis interna haitiana. Allí no tenemos nada que buscar. Que los haitianos resuelvan sus problemas, y ya. No es culpa nacional, ni se le tiene que buscar soluciones, a la violencia intestina que desangra a Haiti.Muy mal haría el gobierno nacional en traspasar la frontera y meterse de lleno en el ambiente cargado de violencia y destrucción que hay en Haití.

Son los organismos internacionales los que deben tomar medidas para controlar la situación.Hasta ahora se quiere apagar la guerra civil de baja intensidad que tiene Haití, actuando los organismos internacionales con medida protocolares, y no disponiendo la cortina de fuego que sea necesaria para restablecer el orden.

El gobierno dominicano tiene derecho y razón de considerar grupos terroristas a las bandas armadas haitianas, pero ello no conlleva que mande soldados a detener a miembros y dirigentes de las pandillas.No fue el gobierno dominicano que decretó el desmantelamiento del ejército y la policía haitiana. Una resolución de la ONU suspendió los organismos de seguridad cuando se aprestaba a sacar a su fuerza interventora.

Los grupos de pandilleros, muchos exmilitares, ejecutan acciones de mercenarios, y lo menos que se podría calificar a esos bandidos es de ser terroristas. Violan los derechos humanos de las personas y amenazan de forma permanente a la sociedad nacional, por lo que el calificativo de terrorista se queda corto.Pero nunca podría significar que el país esgrima un alegado terrorismo, para sea una pieza de enlace de que tropas dominicanas penetren en Haití.

El papel de los militares es mantener segura la zona fronteriza y todo el país.La línea fronteriza tiene que ser vigilada de forma puntual. A pesar de los esfuerzos de inteligencia que se toman, cada día sale en la prensa que indocumentados son transportados en forma irregular.

Hay que ir al origen de esos viajes, cuyos pasajeros, al llegar a la República Dominicana, se convierten en un puñado de refugiados.No hay excusas para justificar que tantos indocumentados logren filtrarse en suelo dominicano.

Es una falla de inteligencia que debe ser corregida ya. Los ilegales, luego de ser detenidos, tienen inmediatamente que ser repatriados.Hay derecho en calificar a las bandas de terroristas, pero el país no puede caer en provocaciones y ripostar con una salida militar de la crisis interna haitiana. Las fuerzas armadas deben estar destinadas a proteger a los dominicanos, y garantizar la paz y la tranquilidad en nuestro territorio.
Por: Manuel Hernández Villeta