
Aprovechando el feriado del natalicio de Duarte, miles de bañistas de los barrios de la capital llenaron esta playa sin tomar en cuenta el aumento de los casos de covid en el país. Jorge González
Aprovechando el día feriado y el toque de queda que inicio a las 5:00 de la tarde, con tres horas de libre tránsito, miles de personas olvidaron la pandemia y se tomaron la libertad de ir a darse un baño, tomar el sol, comerse un pescado frito o simplemente votar un poco el golpe en la hermosa playa de Boca Chica.
Aunque muchos de los negocios exigían el distanciamiento físico dentro de sus locales, y usaban gel desinfectante y la toma de temperatura a la entrada, en plena playa la realidad era otra.
Muchas de las personas estaban juntas y sin mascarillas. Algunas alegaban que eran familiares o que habían venido de un mismo sector y que pasaban todo el tiempo juntos, y no había razón según ellos para guardar la distancia.
“Estamos todo el tiempo juntos, aquí hay 14 personas, y somos todos familias, si uno tiene el covid lo tenemos todos”, alego un señor que al final no quiso identificarse.
Algo no muy común era la gran cantidad de niños que se observaron bañándose con sus inflables, jugando, volando chichiguas y cometas, haciendo castillos de arenas o simplemente corriendo por las cálidas y limpias arenas blanca que contrastaban con color turquesa de la cristalina agua, y el azul y verde del horizonte.
Hombres, mujeres, niños, niñas, agentes del orden y vendedores, todos hacían sus actividades normales en este tipo de espacio, muy ajeno o convencidos de que el peligro de la pandemia era inminente.
Algunos comerciantes alegaron que ellos están haciendo su parte de tratar que las personas respeten el llamado de las autoridades de evitar la aglomeración de personas, ya que apoyan el nuevo horario de toque de queda por que tienen más tiempo de hacer negocio.
Como siempre los vendedores de cocos, yaniqueques gigantes mejor conocidos como Long Play, y figuras inflables le ponían el aspecto multicolor al ambiente.
“La nueva extensión del toque de queda nos ayudara un poco más a nosotros los comerciantes, ya que tendremos más de tiempo para vender y arreglar y no tener que salir con el corre y corre”, expresó el Chévere, de la cafetería del mismo nombre.
La presencia de agentes de la Cuerpo Especializado de Seguridad Turística (Cestur) era notoria, unos a pies otros en motocicleta y algunos apoyados por megáfonos, para dar una que otros informaciones anti-covid-19.
Si era correcta o no la gran cantidad de personas que se dieron cita en el popular litoral, no es tema de este reportaje lo que sí es bueno destacar que el ambiente que se percibía era de diversión, confort y de botar el golpe.
Por Jorge González
jgo.jorgegonzalez@gmail.com
- Boca Chica en tiermpo de Pandemia. Jorge Gonzalez
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