El gobierno del presidente Danilo Medina arriba a su segundo año con mucho más luces que sombras, con logros significativos como el cumplimiento de la ley que fija el 4% a la educación, reducción del déficit fiscal y democratización del crédito. Sostenido crecimiento del PIB, control de inflación, fortaleza del sistema financiero y adecuada provisión de divisas en el Banco Central matizan la estabilidad macroeconómica que ha caracterizado a la administración de Medina.
Se resalta también el ambicioso programa “Quisqueya Aprende Contigo”, que ha logrado alfabetizar a más de 400 mil adultos en camino a la meta de lograr que la Unesco declare a final de año a República Dominicana libre de analfabetismo, lo que sin duda se convertiría como una gran conquista social. La voluntad dialogante y concertadora del Gobierno ha sido notoria, como lo demuestra la jornada para renegociar el contrato de explotación de la mina de Pueblo Viejo, para la redacción de la ley y reglamento de regularización migratoria y para la instalación de las veedurías públicas.
El Presidente ha convertido en costumbre sus encuentros semanales con grupos de productores agrícolas, pecuarios, artesanales, agroindustriales y comerciales, a los que ofrece créditos y asistencia técnica, lo que ha contribuido a la generación de empleo y reducción de pobreza. Aun frente a un entorno internacional afectado por los efluvios de una cruenta crisis financiera, el Gobierno ha logrado atraer inversiones extranjeras directas que dinamizan el turismo, telecomunicaciones, servicios financieros e industria, aunque todavía se requiere de mayores niveles de seguridad jurídica y competitividad.
La dilatada crisis del sector eléctrico se mantiene como el talón de Aquiles de la actual gestión, aunque se reconoce la resuelta decisión oficial de afrontar el problema con instalación de dos plantas de generación a carbón mineral que servirán de lanza para estimular un cambio radical en la matriz energética. Puede decirse que el presidente Danilo Medina ha obtenido elevada calificación al pasar balance a sus primeros dos años, pero es menester advertir que aún falta mucho más por hacer y que control migratorio, tema eléctrico y regulación de la deuda son metas pendientes, unido a una justa redistribución del ingreso, mayor creación de empleo y significativa reducción de la pobreza.