El ministro de Turismo, David Collado, gestiona el proceso de recuperación del turismo de República Dominicana, de manera magistral, con un plan ajustado que se caracteriza por su perfección y exactitud y sirve de término de comparación para los ordinarios de su especie.
El presidente Luis Abinadar, empeñado en la rápida recuperación de ese sector, ha aportado los recursos para reactivar esta industria, más expuesta a los cambios de hábitos potenciados súbitamente desde la pandemia.
Haber actuado con timidez, significaba quedarnos atrás, retroceder, por lo que el presidente Abinader vio una oportunidad que no podía desaprovechar y abrió las actividades turísticas en julio pasado.

El cambio estructural que afronta el sector turístico amenaza con dejar sin mercado para varios años a alrededor de un tercio de la oferta hotelera actual, a cerca de una tercera parte de la planta de agencias, y a aproximadamente uno de cada tres asientos de avión.
Las previsiones pueden apuntar a que desde el año que viene pueda recuperarse casi todo el volumen turístico del 2019, pero con una distribución muy diversa, ya que los apartamentos han ganado mucha cuota a los hoteles, y el teletrabajo ha vaciado las clases negocio de los aviones, a la vez que la sociedad ha acelerado su digitalización y ha sorteado las agencias.
Al cierre de este año se proyecta que República Dominicana podría terminar con la cifra de 4.9 millones de turistas no residentes, resultado que revela la sorprendente recuperación del turismo a pesar de que no termina la pandemia por la covid-19 y vuelve a reposicionar esta actividad en su nivel de seguir contribuyendo con el desarrollo sostenible del país. Para los técnicos del Ministerio de Turismo esto supone un repunte de 14% del turismo respecto al último cuatrimestre de 2019
Este movimiento no es espontáneo, sino la consecuencia del esfuerzo del presidente Luis Abinader, el ministro de Turismo, David Collado y el sector privado que han priorizado el turístico para impulsar la recuperación socioeconómica.
Se estima que la contribución del turismo, tanto directa como indirecta, promueve el dinamismo productivo para el 37.0% de las actividades económicas, sustentado en la demanda a través de la conexión con los sectores energía, comercio, la industria de alimentos, la agricultura y los servicios diversos.
Collado ha actuado sin descanso en las implementación de los planes de reactivación del turismo en medio de la crisis de la covid-19 que amenaza con una transformación inédita para todo el sector, con recorrido para varios años incluso en los escenarios más optimistas de recuperación de flujo, lo cual anticipa convulsiones en forma de sonadas quiebras, despidos, fusiones y adquisiciones o reconversiones, porque los proyectos que se resistan a adaptarse tendrán dificultades para capitalizar la aguda reconfiguración del mercado.
Lo que el país espera es que si se siga tomando las medidas adecuadas y que la pandemia termine en 2022 para volver a la normalidad absoluta y así Collado continuar con su ejercicio de impulsar los cambios en el nuevo modelo turístico.