Editorial

Buenas nuevas

Buenas nuevas

El presidente Danilo Medina anunció ayer que en los próximos días se iniciará la licitación para la construcción de la carretera Cibao-Sur, mientras el ministro de Obras Públicas ofreció seguridades de que en marzo se reinician los trabajos de construcción de la carretera Ocoa-Piedra Blanca, dos obras viales que unirán las regiones Norte y Sur por lo cercano y lo lejano.

Es de gran significación que en un mismo día el Gobierno anuncie su voluntad y disponibilidad de iniciar y concluir esas obras de infraestructura que impactarán decididamente sobre las economías del Cibao y de la región Suroeste, especialmente en el intercambio de bienes y servicios.

El presidente Medina, de visita en San José de las Matas, en lo alto de la Cordillera Central, adelantó que la carretera Cibao-Sur será hecha en seis etapas por seis compañías diferentes, lo que garantizaría altos niveles de calidad y culminación en el tiempo acordado.
Por su lado, el ministro Gonzalo Castillo anunció la continuación de los trabajos de construcción de los tramos viales desde Sabana Larga hasta Rancho Arriba-Piedra Blanca, lo que uniría a través de una moderna carretera a las provincias de Monseñor Nouel y San José de Ocoa.

Tal parece que el Gobierno dispone de las partidas millonarias que se requieren para reanudar los trabajos de rehabilitación de la autopista que uniría Sur y Cibao cercano, así como la costosa y polémica carretera desde Santiago a San Juan de la Maguana, cuyo abordaje simultáneo constituiría un esfuerzo mayor en las finanzas públicas.

Ante tan alentadores anuncios, lo prudente sería que las autoridades despejen por vida de estudios técnicos cualquier tipo de duda o sospecha sobre daños al medio ambiente o degradación de parques nacionales que podría conllevar especialmente la construcción de la mega obra de infraestructura que desbrozaría la Cordillera Central.

Ojalá que el Gobierno también provisione recursos para la terminación de la segunda línea del Metro que uniría al Distrito Nacional con la provincia Santo Domingo y duplicaría el número de usuarios que se beneficiarían con transporte seguro y decente, mucho más si se instalan las rutas de autobuses alimentadoras de ese sistema.

Los anuncios de construcción de esas carreteras que unirían por dos extremos al Sur y al Cibao, tienen ribetes de trascendentes por lo que debe ser recibido con júbilo por una población que desea y merece congraciarse siempre con la modernidad y el progreso.

El Nacional

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