No me avergüenza decir que muchas veces he sentido envidia de José Luis Taveras. Si. Envidia de la buena, por como escribe. Los temas que trata, como los trata, con elegancia literaria, con criterios y profundidad conceptual. Prevalido de esto, pido permiso a este caballero y a la dirección de El Nacional, para transcribir algunos párrafos del artículo publicado por José Luis Taveras en Diario Libre el pasado 23 de Marzo, intitulado, Las burbujas del calamar.
Citamos:
«La percepción es la captación sensorial de la realidad que permite procesar e interpretar el mundo exterior. No solo es empírica; se forma con la observación metódica y la experiencia. De manera que es un acto racional»
«El problema de la corrupción es cultural; el de la impunidad, político.
Decidir si se actúa o no ha sido discreción del Estado. Nuestro país tiene, en teoría, los instrumentos normativos, institucionales y operativos para actuar y darle un giro a esa percepción que tanto afecta al desarrollo, al clima de inversiones y a su imagen Cultural».
«Por apremio social y adeudo electoral, el presidente Abinader decidió actuar. Para eso delegó la máxima representación del Ministerio Público en una persona con actuación autónoma. Quiérase o no, la actual Procuraduría empezó a hacer lo que otras omitieron por dos razones básicas: a) porque no era prioridad de sus gobiernos; b) porque faltó iniciativa o resolución para hacerlo por cuenta propia».
«El Ministerio Público no solo debe cuidar la robustez y consistencia de la acusación, también las garantías del proceso, evitando atropellos y excesos. Igualmente, celar el teatro forense cargado de una emotividad cáustica muchas veces innecesaria, convencido de que las mejores evidencias silencian los más persuasivos argumentos».
«Creo que cuando salga a la luz la acusación las cosas se verán en su real perspectiva y, de alguna manera, los prejuicios estallarán como las burbujas cuando el calamar estira sus tentáculos o como se disuelve la tinta que segrega cuando intuye el peligro o se siente amenazado».
«Lo trascendente de este trance es comprobar que en un país de tratos impunes la corrupción tendrá una persecución racional y garantista. Entonces nos daremos cuenta de que a pesar de los furores hemos avanzado…»
Por: José Vicente Calderón R.