La temporada de vacaciones debe servir para la reflexión en torno al rumbo que toma la educación en la República Dominicana. Hay problemas que se arrastran en el área educativa que tienen que ser enfrentados.
No puede ser una situación planteada y de soluciones individuales, sino que todas las partes del sector educativo tienen que reunirse y discutir alternativas aceptables.
Ahora se plantea que el recinto de las escuelas y las aulas se doten de cámaras de seguridad. Habría que ver lo bueno y lo malo de una medida de este tipo. Donde impera en ocasiones el caos, como en las escuelas, no está demás ninguna medida de seguridad.
Además, las cámaras son un recurso moderno que bien utilizado puede prevenir y corregir inconvenientes e inconductas. Sin embargo, no puede ser una acción que se considere unilateralmente.
Las cámaras, como un hecho aislado, no caben en los esfuerzos de la modernización escolar. Tienen que ir conjuntamente con medidas puntales y de cambios de actitudes y de trabajo.
Si todo está bien en las aulas, no hay necesidad de cámaras. Si la disciplina se mantiene, para que las cámaras. Si hay crisis dentro el aula, podrían ser una necesidad. Toca a todo el sector educativo llegar a un acuerdo de consenso sobre las cámaras.
Las escuelas, en su entorno, tienen que mejorar la seguridad y ampliar los programa de prevención de la violencia, entre niños y adolescentes. Ya en el pasado año escolar se presentaron enfrentamientos entre muchachos, que no deberían ocurrir de nuevo.
Se encontró en mochilas de estudiantes adolescentes cortaplumas, alambres afilados y otros instrumentos propios para un enfrentamiento de pandillas. Lo primero es tratar de prevenir con medidas disciplinarias.
Es esperanzador que se trate de meter la moral y la cívica en el venidero año lectivo. Por lo menos será un paso inicial, donde lo primero sería capacitar a los maestros que la van a impartir. No se olvide que la moral y la cívica han estado por muchos años fuera de las aulas.
Pero la moral y cívica debe contar con el seguimiento por parte de los padres en sus respectivos hogares. Si no hay tarea de seguimiento en las casas, la moral y cívica no dará buenos resultados.
Se denuncian hasta agresiones y acosos sexuales en algunas escuelas, lo cual no se debe permitir bajo ninguna circunstancia. Hora de cambios pero cuidado con las cámaras, si solo se buscan soluciones aisladas de los problemas.
Por: Manuel Hernández