El capitalismo a escala mundial está sentado sobre volubles arenas movedizas.
Cuando John Maynard Keynes analizó la crisis del año 1929, la describió como una burbuja que no tardaría en reventar. Keynes consideró que ese inicio de siglo XX se caracterizaba por un largo periodo de opulencia e innovación sin supervisión. ¿Ha habido variación comparando esta centuria con aquella? En este siglo XXI la cosa es peor. Los productos en estos tiempos son sometidos a espirales alcistas que tergiversan sus verdaderos valores, lo que genera grandes desequilibrios.
El capitalismo actual se asemeja a un casino de juegos, haciendo que quienes dicten las reglas en un mercado desregulado sean los jugadores más poderosos, creando perturbaciones, que a la postre, conllevan a crisis que terminan pagándola la ciudadanía.
Muchos analistas consideran que sobre la mayor economía del mundo, como es la estadounidense, pende la “espada de Damocles”, y los presagios advierten calamidades. Con la caída de FTX, la tercera empresa especulativa de criptomonedas propiedad de Sam Bankman Fried, y la advertencia del banco de inversiones JP Morgan, institución que pronostica un “huracán categoría 1” en la economía norteamericana, presagiando fuertes nubarrones en las perspectivas globales para el próximo año, según los puntuales vaticinios de la entidad bancaria.
La empresa de servicios financieros señala la alta inflación como la causante de la recesión que golpeará las finanzas norteamericanas, seguida inmediatamente por los constantes incrementos de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal (la FED). A diferencia de Goldmand Sachs, que descarta la recesión, JP Morgan vislumbra un panorama sombrío, situando en más de un millón de empleos los que perderá Estados Unidos durante el año 2024.