Opinión Articulistas

Capotillo no es todo

Capotillo no es todo

Enmanuel Pimentel

En el discurso político dominicano, pareciera que el Distrito Nacional (y en especial su Circunscripción 3) se ha reducido en la memoria colectiva de las autoridades a un solo nombre: Capotillo.

No es que Capotillo no merezca atención; al contrario, su historia de lucha y resiliencia lo convierten en un símbolo vivo de la fuerza popular. Pero, señor Presidente, con el mismo respeto y firmeza, debo recordarle que la Circunscripción 3 es mucho más que ese emblema.

En sus calles laten, con idéntica dignidad, sectores como Gualey, La Ciénaga, Los Guandules, Simón Bolívar, Mejoramiento Social, Ensanche Espaillat, Villa María, Las Cañitas, 24 de Abril, y un largo listado de comunidades que, como Capotillo, esperan que la mano amiga y solidaria del Estado llegue más allá de las promesas.

Lamentablemente, la realidad es otra: ministerios, direcciones y funcionarios que juraron representar a los más humildes han dejado que el tiempo y la indiferencia oxiden sus compromisos. Las inversiones, las jornadas sociales, las oportunidades de empleo, el acceso a la cultura y el deporte… han quedado atrapados en una dinámica que concentra la atención en un solo punto geográfico, como si el resto del Distrito Nacional no existiera.

Presidente Abinader, la historia enseña que el verdadero liderazgo se mide no por la asistencia puntual a un lugar emblemático, sino por la capacidad de distribuir justicia social en cada rincón del territorio que uno gobierna. El PRM, como fuerza política en el poder, no puede ni debe permitirse que la memoria de sus dirigentes se limite a un solo barrio mientras decenas claman en silencio por ser escuchados.

No se trata de dividir la atención, sino de multiplicarla. No se trata de restarle importancia a Capotillo, sino de añadirle dignidad a todos los demás sectores que, desde hace décadas, esperan que la geografía del poder se amplíe y el mapa de la solidaridad cubra cada callejón y cada solar olvidado.

La Circunscripción 3 —y todo el Distrito Nacional— es una sinfonía de realidades humanas que no puede interpretarse con una sola nota. Escuchar todas las voces, atender todas las urgencias y sembrar esperanza en todos los barrios, es la mejor manera de que la historia recuerde a un presidente no sólo por su gestión económica o su lucha contra la corrupción, sino por haber sido, ante todo, un servidor de todos y no de unos pocos.

Porque señor Presidente, con respeto pero con claridad: Capotillo existe, sí… pero no es el único barrio que existe.

Enmanuel Pimentel
Enmanuelpimentel999@gmail.

El Nacional

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