La orientación sexual es una atracción emocional, romántica, sexual o afectiva hacia otros que son de igual o diferente sexo biológico. Esta orientación, está determinada por factores biológicos, cognitivos y del entorno, que en la mayoría se moldean a una edad temprana.
Los seres humanos no pueden elegir ser gay o heterosexuales. Para la mayoría, es algo que surge a principios de la adolescencia sin ninguna experiencia sexual previa. Los psicólogos no consideran la orientación sexual como una elección consciente, que pueda cambiarse voluntariamente.
La homosexualidad no es una enfermedad, no requiere tratamiento y no puede cambiarse. Las personas homosexuales que buscan ayuda psicológica lo hacen para comprender el proceso de esta revelación o buscando estrategias para lidiar con el prejuicio familiar y de la sociedad.
No hay pruebas bien documentadas de que las denominadas terapias de conversión (prohibidas en muchos países) puedan cambiar una orientación sexual. Los castigos, rezos, exorcismos o shock eléctricos son humillantes e inefectivos.
La homosexualidad no es una enfermedad mental, tampoco un problema emocional. La Asociación Americana de Psicología así lo confirma en 1973; también en 1990 la Organización Mundial de la Salud la retiró del manual de enfermedades.
El matrimonio igualitario, está vigente en varios países de nuestro entorno, y los únicos resultados conocidos, son: Más personas felices (no ha salido el diablo) y que los homosexuales y bisexuales son buenos padres donde la inteligencia, adaptación social y psicológica de sus hijos, es la misma que los padres heterosexuales. “La orientación sexual de un padre no indica la de sus hijos”.
Otro mito es la creencia equivocada de que hay una mayor tendencia entre los hombres gay, que, entre los hombres heterosexuales, a abusar de los niños. No hay ninguna prueba para sugerir que los homosexuales abusen de los niños y si de pedófilos se trata, entonces mirar a la iglesia católica.
Las personas que tienen actitudes más positivas hacia los hombres gay, lesbianas y bisexuales son aquellas que dicen que conocen bien a una o más personas gais, lesbianas y bisexuales, con frecuencia como amigo o compañero de trabajo. Hoy en la avenida del Puerto es la caravana gay donde les puedes ofrecer tu respaldo.