La esperanza
Señor director:
Cuando los dominicanos tuvimos el valor de ajusticiar al dictador Rafael Leonidas Trujillo, es porque entendíamos que las esperanzas de la nación estaban cifradas en los líderes emergentes.
Lamentablemente, los lideres sucesores en un acto de traición, pactaron con las clases oligarcas y, cada uno en su momento, nos vendieron la esperanza de que con ello se produciría el cambio anhelado, y tal vez con la ambición de poder de uno y la patología del robo de otros, hicieron que estos lideres se convirtieran en auspiciadores y sucesores del tirano, en cuanto al entreguismo y el saqueo del patrimonio nacional.
Pero hay que destacar, y es cierto, que les corresponde a esos lideres emergentes el haber conseguido la existencia de la mal llamada democracia con que contamos hoy, una democracia huérfana, coja y hueca, pero es la que nos brinda la oportunidad de que cada cuatro años, a través del voto popular, podamos decidir quién será el mandatario que conducirá los destinos del país.
Ahora bien la nación dominicana debe escoger el 20 de mayo del 2012 al próximo mandatario, quien se encargara de enderezar la nave de la nación, que con su gemido sigue clamando a los gobernantes de turno salud, educación, empleo y otras prioridades, pero por la falta de voluntad política o por compromiso con sectores oscuros, no las aplican, lo que constituye una irresponsabilidad de quienes han gobernado la nación.
Entiendo que es oportuno decir que, por ser un pueblo trabajador y en pie de lucha, seguiremos esperanzados, y, en ese tenor, el 20 de mayo existen dos alternativas para producir un nuevo cambio:
La primera, es el candidato del PRD, Hipólito Mejía, quien esconde su nombre bajo el pseudónimo de papá olvidando este que fue el responsable del desastre de la gestión de gobierno 2000-2004, y que, por ese desastre, todavía vivimos esa pesadilla.
La segunda es lo nuevo y novedoso, el candidato del PLD, Danilo Medina, un líder conocedor de las prioridades del pueblo y con una visión clara de lo que hay que hacer para sacar a flote a la nación dominicana. Además, es un político inteligente, sabio y prudente, que, de llegar al poder tendrá que poner en marcha la ejecución de un gobierno al servicio de los más pobres.
Atentamente,
Danilo Valentín
Santo Domingo

