Tensión
Señor director:
En la isla de Santo Domingo, la tensión no es deseable, pero ocurre.
Ahora mismo, son tensas las relaciones entre los dos Estados que la componen, aunque diplomáticamente parezca otra cosa.
Es así, porque sucede que la decisión de las autoridades haitianas de no dejar entrar a su territorio huevos y pollos dominicanos, marcó una especie de raya, cuando uno pensaba que todo andaba bien y que no habría problema.
La verdad es que una decisión de ese tipo, hay que tratar de entender por qué ocurre. Y cuando digo entender, no lo hago para justificarlo, sino para determinar cuáles son las motivaciones y poder actuar en consecuencia en un medio en el que todo el mundo defiende sus intereses.
¿Quiénes, entre los que tienen facultad para decidir, pudieron tomar esa medida? ¿Quiénes se benefician al festinar un veto como ese? ¿Por qué, sin previa consulta, sin consultar tampoco la opinión de expertos, porque no parece que hayan sido expertos haitianos o expertos internacionales quienes hayan hecho la recomendación, desde una oficina del Estado en Haití se decide no comprar huevos y pollos en República Dominicana?
No es posible responder esas preguntas, y por eso no es posible encarar la situación como se debe, poniendo claras las condiciones y buscando la forma de que decisiones futuras no afecten como ha ocurrido en esta ocasión decisiones de este tipo.
¿Hasta qué punto es responsable de esto el sector que recibe bien al presidente Danilo Medina? ¿Hasta qué punto podemos atribuir la responsabilidad a grupos que compiten por el mercado a nivel de la isla? Eso también hay que determinarlo.
Y, como dicen los que saben del asunto, toda decisión de este tipo tiene un carácter político. Entonces, hay que determinar por qué se permite que el sector que se beneficia con la prohibición, tome decisiones a su favor, sin tomar en cuenta a los demás.
En realidad, aquí muchos sectores producen para un mercado que es del tamaño de la isla, y cuando ese mercado se achica, sus intereses se ven seriamente afectados. Eso hay que tomarlo en cuenta.
Atentamente,
Rafael E. Ariza.
Estudiante de Economía.

