¿Y el bienestar?
Señor director:
Ya está bueno de que nos hablen de un progreso que nadie vive y que para disfrutarlo hay que estar colocado muy arriba. Hay crecimiento de la economía, pero los precios de la comida se colocan por las nubes. Si se trata de dos caras de una misma moneda, esa moneda está muy cargada para el lado de los poderosos..
Los gobiernos europeos han hablado del fin del Estado de Bienestar, pero en este país, en realidad nunca ha existido.
Los números en frío de las organizaciones que se encargan de los estudios, siempre ven los aumentos paulatinos, pero en pocas ocasiones los estancamientos.
Por consiguiente, los funcionarios necesitan hacerles menos caso a los intelectuales de las finanzas y darse un baño de pueblo.
El primer semestre de este año ha sido de crecimiento económico, lo reporta el Banco Central, pero si se trata de un crecimiento modesto, es, al fin y al cabo, crecimiento. .
Pero las ganancias las obtenido las grandes empresas, ganancias buenas, altas, prometedoras, como siempre, y uno pregunta qué pasará con quienes financiamos ese bienestar, porque aquí el embudo ha sido colocado al revés.
Nadie puede negar que hay sostenido crecimiento económico en República Dominicana, pero tampoco que la miseria ha seguido en avance.
El desarrollo económico y social debe alcanzar a todas las capas sociales. Y aquí hay un desarrollo desigual, que es el retrato de la injusticia y de la mala distribución en cualquier realidad.
La riqueza del desarrollo nacional en pocas ocasiones se deja sentir en las grandes mayorías. A mayor desarrollo, se da más especulación y agiotismo con los precios de los productos que conforman la canasta familiar.
Los políticos, no deben esperar la reacción del pueblo a los aumentos de los precios de los productos de primera necesidad, y a los enormes desniveles económicos, tienen que dar respuesta antes, curarse en salud, si es que son políticos, pero parece que no lo son, parece que son empresarios metidos a la política o comerciantes metidos al Estado para aumentar desde los cargos sus enormes ganancias. Así no podemos seguir. Eso no puede continuar, si queremos seguir viviendo en democracia.
La democracia incluye también el acceso a los bienes y servicios básicos. No nos engañemos.
Atentamente,
Annie Santiago.
Estudiante de Economía.
