Recursos a la UASD
Señor director:
El rector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Mateo Aquino Febrillet, está reclamando que el Congreso Nacional aumente en el Presupuesto Nacional del 2014 la partida de esa alta casa de estudios, que ha jugado un papel de primer orden en la formación profesional de los dominicanos de menores ingresos.
Estoy segura de que sin la existencia de la UASD miles de estudiantes de los estratos sociales más pobres del país no habrían podido cursar una carrera profesional que ahora ponen al servicio de sus familias y del país.
La petición de Aquino Febrellet debe ser complacida, porque así el Gobierno está garantizando que 170,000 estudiantes, la mayoría procedentes de los cinturones de miserias de la capital y las provincias del interior, cursen una carrera profesional que les permitirá revertir la situación de pobreza extrema que hoy enfrentan.
Pero además, estará evitando que esos cientos de miles de estudiantes vayan a parar al mundo de la delincuencia que tantas muertes, dolor y cárcel provocan a la sociedad dominicana.
Considero que la UASD es uno de los principales antídotos contra la delincuencia que tiene República Dominicana, porque mantiene a 170,000 jóvenes estudiando una carrera, haciendo deportes o dedicados a actividades culturales y políticas, que les mantienen alejados de las drogas, los atracos, los asesinatos y otros delitos.
Atentamente,
Sandra Acosta,
Dirigente comunitaria.
¿Una cédula innecesaria?
Señor director:
He visto asombrada cómo en medio de la actual crisis económica que argumenta tener el gobierno del presidente Danilo Medina, el presidente de la Junta Central Electoral (JCE), Roberto Rosario, se empeña en invertir miles de millones de pesos en la elaboración y entrega de una nueva Cédula de Identidad y Electoral a los 7 millones de personas que portan ese documento en la actualidad.
Me pregunto si esa decisión no está amparada en la única voluntad de favorecer a alguna empresa.
No veo ninguna necesidad de cambiar un plástico que está cumpliendo debidamente su cometido de identificar a las personas que lo poseen. ¿Acaso, en una institución bancaria, en una universidad, en un tribunal u otra institución han rechazado ese plástico?. Creo que no y, por consiguiente, innecesario hacer tan inversión para cambiarlo, en un país que acuesta hasta 3 pacientes en una sola cama en sus hospitales.
Atentamente,
Carolina Espinal,
Estudiante de periodismo.