Carta de los Lectores Opinión

CARTA DE LOS LECTORES

CARTA DE LOS LECTORES

Morir por manos propias
Señor director:

“Porque nada humano nos debe ser ajeno”
Las crisis socioeconómicas empujan situaciones que afectan afectivamente a un grupo de personas más que a otros, aun sean de la misma o semejantes condición social, económica, religiosa, político, o cultural. En el suicidio convergen combinaciones de circunstancias que no debían ser evadidas.

En República Dominicana, curiosamente la evasiva sobre el tema pretende ser “prevención”, pues quienes se precian de conocedores del asunto, entienden que no se debe divulgar la ocurrencia del fenómeno para evitar la reiteración, o el contagio, lo que a la larga se traduce en una forma de ocultarlo, pretendiendo tapar el sol con un dedo, pues mientras así se piensa, ni estudian el caso, ni elaboran planes para actuar preventivamente.

Desde cualquier punto de vista con que se mire el suicidio, este es la expresión de una fatalidad, una decisión forzada, nunca espontánea, solo que esta realidad, está siendo arropada y cualquerizada por la insensibilidad oficial y colectiva.

Lo que prima es la hipocresía y lo superficial cuando se pretende destacar un suicidio sobre un montón de todos ellos. Las estadísticas de suicidio de la Policía Nacional, reportan que para el año 2014 se suicidaron 557 personas, 485 hombres, y 72 mujeres.

Resulta, además, que solo en el primer cuatrimestre del 2015, fueron 153 las personas suicidadas: 134 hombres, y 19 mujeres. A pesar de este hecho cuantificado, no pasa nada, todo sigue inalterable, a nadie duele. ¿Nihilismo?

Si hay una sociedad cuya realidad encaja en el concepto de anomia, es el país dominicano donde muchos de los suicidios que se producen, probablemente, tengan relación con la anomia social.

Una sociedad sin normas, o normas que no funcionan porque son corrompidas desde arriba dejando a los de abajo sin freno, donde autoridades legalmente asignadas, exhiben sin sonrojo la violación a las leyes constituidas, así como el enriquecimiento abrupto en medio de la inequidad rampante, y un grito oloroso clamando justicia, no es una sociedad sana.

Leonardo Boff presta atención a las muertes por suicidio que están relacionadas con las presiones del trabajo, e introduce varias citas de investigaciones de los suicidios vinculados a situaciones de índole laborales.

Atentamente,
Melania Emeterio R.

El Nacional

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